Guzmán Carriquiry, el laico que sirvió a cinco papas: "Tuve que abrirme paso en una Curia muy clerical"
El exembajador de Uruguay ante la Santa Sede publica ‘El Testigo’, donde repasa su medio siglo de servicio en el Vaticano junto a cinco pontífices

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Guzmán Carriquiry, exembajador de Uruguay ante la Santa Sede, ha servido a cinco papas durante medio siglo en el Vaticano, desde Pablo VI hasta Francisco. En una entrevista en el programa 'Ecclesia al día' de TRECE, ha presentado su libro ‘El Testigo. Medio siglo de un laico en las habitaciones vaticanas’, donde recoge sus memorias y reflexiona sobre la evolución del papel de los laicos en el corazón de la Iglesia.
El libro, según su autor, es la “verdad de mi experiencia familiar y laboral” y un “acto de gratitud por el don desmesurado” de haber servido a cinco pontificados. Carriquiry ha revelado que la obra se está convirtiendo en un ‘best seller’ en la Curia romana, donde su figura es ampliamente reconocida tras una vida de servicio que culminó con su labor como diplomático.
Un pionero en una Curia clerical
Carriquiry se define como un “precursor” y “pionero” en la participación de los laicos en el Vaticano. Al llegar en diciembre de 1971 con su mujer y su hijo, se encontró con una Curia “muy clerical” y poco acostumbrada a acoger a “un laico venido desde el fin del mundo”. Ha relatado las dificultades iniciales, como tener que vivir en una “residencia de monjas” durante seis meses por falta de un apartamento para su familia.
Para navegar en ese entorno, el exembajador se guio por un aforismo personal que él mismo se marcó: “A mayor comunión, mayor libertad”. Con esta máxima, buscó transmitir su experiencia de vida cristiana como laico y padre de familia en un ambiente donde no se entendía del todo esa realidad. “Hubo que recorrer un largo camino para demostrar que la mujer, la esposa es copartícipe del trabajo que se realiza en el Vaticano”, ha explicado.

papa francisco
El 'salto' con el Papa Francisco
A lo largo de sus cincuenta años de trayectoria, Carriquiry ha sido testigo de una profunda transformación. Ha destacado especialmente el pontificado del Papa Francisco, con quien se ha producido “un salto de cantidad y de cualidad” en la presencia de laicos, y “sobre todo de mujeres que asumen altas responsabilidades vaticanas”. Este cambio, ha señalado, va en sintonía con la sinodalidad, entendida como “camino de todos los miembros de la Iglesia para la comunión y la misión”.
Custodios de una misma tradición
Carriquiry, que mantuvo una relación personal con Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, rechaza las comparaciones entre pontífices. “Para ser buen servidor, hay que, de alguna manera, adecuarse al servicio de quién se sirve”, ha afirmado. Para él, los papas son como “anillos de la cadena” de los sucesores de Pedro, todos “custodios del depósito de la fe”, pero cada uno con su propio estilo y carismas, enriqueciendo así la tradición de la Iglesia.
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