Francisco recibe a Haddad, el esquiador y escalador que hizo frente a su lesión medular: "Nada es imposible"

Cuando tenía 6 años, Michael Haddad sufrió un accidente con una moto acuática que paralizó el 75% de su cuerpo. Su fuerza de voluntad y la fe le permitieron salir adelante

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El libanés Michael Haddad ha protagonizado este miércoles uno de los momentos más emotivos de la Audiencia General junto al Papa Francisco. Su vida dio un giro de 180 grados cuando con tan solo seis años sufrió un grave accidente con una moto acuática que le provocó una lesión medular de alcance. El 75% de su cuerpo quedó paralizado, pero aquello no fue un obstáculo para que se impusieran las ganas de Michael por seguir viviendo.

Al contrario, fue el inicio de una nueva vida. A sus 40 años y tras una durísima recuperación, los avances médicos y la Ciencia le permitieron salir adelante y dedicarse a dos de los deportes que más le apasiona: el esquí y la escalada. En estos años se ha hecho con tres récords mundiales.

Actualmente, además de deportista profesional, es embajador de la ONU para cuestiones medioambientales. Sin duda, su historia es la de un hombre de fe: “Mi incapacidad para caminar y sentarme de manera autónoma, decidí explorar mi potencial. Descubrí que nada es imposible. Esto se debe a dos cosas: la fe y la determinación. Fe en nuestro Creador, fe en nosotros mismos. Determinación, en la certeza de que dentro de nosotros hay potencialidades ilimitadas para avanzar y vencer todas las barreras", explicaba con total convicción.

Haddad tiene movilidad gracias a un exoesqueleto, desarrollado especialmente por un equipo de ingenieros, médicos e investigadores, que estabiliza su tronco, hombros y brazos. Las dificultades para levantarse de la silla de ruedas son grandes, pero el deportista libanés no se rinde. Se supera cada día, siempre con una sonrisa: "Sonreír, eso también es una misión. Es un síntoma de la felicidad que llevo dentro. Uno de los propósitos en la vida es ser feliz, Jesús nos dijo que transformáramos el miedo en alegría", puntualiza.

Michael Haddad: un hombre de fe

Michael es creyente: "Soy cristiano, creo en Jesucristo", dice. Y añade que la fe le ha ayudado en todas las batallas, incluyendo la que lleva a cabo a diario y que él llama "mi gran misión", es decir, crear conciencia en el mundo acerca de los problemas medioambientales. "Decidí caminar, explica, porque la tierra está en silla de ruedas. Debemos unirnos para salvarnos a nosotros mismos y al planeta. Lo hago bajo una bandera, la de las Naciones Unidas, con la que intentamos en todo el mundo hacer este cambio. Y debemos hacerlo ahora".

Escalada, esquí, maratones y ahora el Polo Norte

Michael ha escalado montañas, esquía, ha cruzado desiertos y también ha participado en dos maratones: una en El Cairo y otra en Beirut, en su Líbano natal, para recaudar fondos para la reconstrucción del hospital devastado por la explosión del puerto en agosto de 2020.

Ahora tiene otra misión: recorrer 100 kilómetros en el Polo Norte. Una aventura que debió celebrarse en 2020, pero que la pandemia paralizó. Ahora está prevista para febrero o marzo de 2022. "Ciertamente es un reto”, comenta Haddad, quien añade que "recorrer 100 kilómetros hasta el Polo Norte no es solo un mensaje, sino una contribución a la ciencia”.

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