La historia de Gian Piero, el mendigo reconocido como el hombre más bueno de Italia

Tras vivir los últimos 8 años en la calle hoy reside en un pequeño almacén destartalado y se dedica a recoger céntimos de euro para hacer la compra a otros indigentes como él

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Quizás te cruces con él en las calles de la ciudad italiana de Viareggio, en plena Toscana. Puede que ni te detengas a mirarle a los ojos, pero ha recibido una distinción sólo apta para pocos. Gian Piero, conocido por todos como “Wué” ha sido galardonado con el premio nacional de la bondad,

Tras vivir los últimos 8 años en la calle hoy reside en un pequeño almacén destartalado que le han cedido como vivienda y se dedica a recoger céntimos de euro para hacer la compra a otros indigentes como él. Pide los céntimos que no queremos. Los que ocupan espacio en el bolsillo y hasta despreciamos. Pero Gian Piero los transforma en comida para los más necesitados. En sus mejores épocas ha conseguido reunir hasta 1.100 euros.

Tiene 74 años, nació en Génova, y durante mucho tiempo su casa ha sido Piazza Viani, una pequeña plaza donde en la noche dormía entre los árboles y de día se dedicaba a limpiar el suelo de la plaza con su escoba y recogedor.

Su gran misión en la vida es recoger los céntimos que consigue en la calle. Los lleva a una pequeña tienda, “aliada” en este cometido, cuyos dueños trasladan al Banco los céntimos y los transforman en alimentos para los indigentes: aceite, pasta, café, mantequilla, cereales etc.… a menor precio que en cualquier otro lugar de la ciudad.

La fascinante historia de Wue se conoció gracias al diario “La Nazione”. “Me gusta ayudar a la gente”, asegura Wue: “Conozco a tantas personas necesitadas que no tienen que comer. Cuando veo que lo necesitan de verdad, les mando a esa tienda para que compren lo que quieran”. La pasada navidad, este indigente donó 60 pares de zapatillas a niños de familias en situación de exclusión.

Como todas las historias de quienes viven en la calle, la vida de Wuè nunca ha sido fácil. Fue abandonado por sus padres y creció en un orfanato de Génova. Allí cuenta que sufrió violencia física y psicológica, por lo que decidió escapar. Consiguió graduarse en Hostelería, pero se dedicó a pintar, su verdadera pasión. Se especializó en paisajes y así pudo mantenerse.

La vida se le complicó cuando fue convocado a realizar el servicio militar. Allí enfermó y tuvo que ser ingresado en un hospital de Pisa. La oportunidad de su vida le llegó al conseguir trabajo en América, nada menos que como Chef en el Hotel Hilton. Pero volvió a encontrarse mal de salud y se le detectó una enfermedad degenerativa que truncó todos sus planes profesionales. En 1997 llegó a Viareggio y comenzó a vivir en una roulotte.

Todos en la Plaza Vianni lo conocen, le respetan y le entregan los céntimos que les sobran. Lo que le da más felicidad es que los niños del barrio se le acerquen para darle sus monedillas. Para ellos se viste de Papa Noel en Navidad y por eso se deja crecer la barba.

Ahora se le ha otorgado el Premio Internacional Bondad 2021, un galardón muy especial dedicado a personas que se distinguen por su generosidad hacia los demás y que este año ha tenido como protagonistas a las víctimas de las Dos Torres Gemelas y a representantes de las fuerzas del orden y magistrados fallecidos como Francesco Saverio Pavone, que trabajó toda su vida para garantizar la justicia y la legalidad.

En estos momentos continúa sufriendo problemas físicos, pero esta limitación no le impide seguir recogiendo monedas para continuar ayudando a otros indigentes.

Su próxima meta es hacerse voluntario de la Cruz Roja para poder compartir con otras personas su deseo de ayudar a los demás.



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