La Santa Sede confirma que el obispo Ximenes Belo tiene «restricciones» y prohibido el contacto con menores

El premio Nobel de la Paz 1996, obispo de Dili (Timor Oriental) de 1983 a 2002, ha sido acusado en una publicación de haber cometido abusos sexuales en la década de los noventa

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La Santa Sede ha confirmado que el obispo Carlos Filipe Ximenes Belo, premio Nobel de la Paz 1996 por su labor en defensa del pueblo de Timor Este durante la ocupación indonesia (1979-1999), tiene impuestas desde 2020 «ciertas restricciones disciplinarias», entre ellas la prohibición del contacto con menores. Así lo ha hecho saber el director de la Sala de Prensa, Matteo Bruni, después de que en los últimos días el semanario neerlandés De Groene publicara, bajo anonimato, los testimonios de algunas personas que denuncian haber sido víctimas del prelado en los años noventa, cuando eran menores de edad. El presidente de la Conferencia Episcopal de Timor había afirmado asimismo que, para viajar, Ximenes Belo «tiene que pedir permiso al Vaticano».

«La Congregación para la Doctrina de la Fe —ha dicho Bruni, según recogeVatican News se interesó por el caso por primera vez en 2019. A la luz de las denuncias recibidas sobre el comportamiento del obispo, la Congregación le impuso ciertas restricciones disciplinarias en septiembre de 2020. Estas incluían restricciones a sus movimientos y al ejercicio de su ministerio, una prohibición de contacto voluntario con menores, entrevistas y contacto con Timor Oriental». En noviembre de 2021, añade Bruni, «estas medidas se modificaron y reforzaron. En ambas ocasiones, las medidas fueron aceptadas formalmente por el obispo».

Renuncia con 54 años

Ximenes Belo tiene hoy 74 años y actualmente reside en Portugal. Según la publicación holandesa, las primeras acusaciones contra él datan de 2002. El obispo timorense fue administrador apostólico de Dili, la capital, desde 1983 hasta 2002, año en que Juan Pablo II aceptó su renuncia en virtud del «canon 401 párrafo 2 del Código de Derecho Canónico», que en su redacción actual «ruega encarecidamente al Obispo diocesano que presente la renuncia de su oficio si por enfermedad y otra causa grave quedase disminuida su capacidad para desempeñarlo». En el momento de su renuncia, Belo tenía 54 años.

Tras dejar el gobierno de la sede, el prelado salesiano marchó a Portugal, la antigua metrópoli, y más tarde, en junio de 2004, a Maputo, capital de Mozambique, otro país de lengua portuguesa.

Comunicado de la provincia portuguesa de los Salesianos

Este jueves 29 de septiembre, la Inspectoría Portuguesa de la Sociedad Salesiana ha manifestado en una notasu «profunda tristeza y perplejidad» por esas sospechas de abusos, al tiempo que señala que desde que asumió como administrador, primero, y obispo, después, de Dili, «ya no depende de la Congregación Salesiana».

«La Provincia de Portugal, a petición de sus superiores jerárquicos, lo recibió como huésped durante los últimos años. Desde que está en Portugal no ha tenido ningún cargo o responsabilidad educativa o pastoral al servicio de nuestra Congregación», dice la nota. «La solicitud de hospitalidad fue aceptada por nosotros con toda naturalidad, ya que era una persona conocida y estimada por todos. No tenemos el conocimiento para opinar sobre cuestiones relativas al contenido de las noticias, refiriéndonos a quienes tienen esta competencia y conocimiento».



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