Paul Coakley, nuevo presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos
El arzobispo de Oklahoma City, de 70 años, liderará junto al obispo Daniel Flores en pleno debate sobre deportaciones masivas

Paul Coakley nuevo presidente de la Conferencia Episcopal de EEUU
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) ha dado un paso significativo al elegir como su nuevo presidente al arzobispo de Oklahoma City, Paul Coakley, de 70 años, conocido por su firme defensa de los derechos de los migrantes en medio de las políticas de deportación impulsadas por la administración Trump. La elección, que tuvo lugar este martes durante la asamblea plenaria anual de otoño en Baltimore (Maryland), requirió tres rondas de votación entre los 271 obispos participantes, según informó el medio especializado National Catholic Reporter.
Coakley, quien actualmente se desempeñaba como secretario de la Conferencia, sucederá al arzobispo Timothy Broglio, responsable de la Arquidiócesis para los Servicios Militares desde 2022. En su mensaje de aceptación en la red social X, el recién elegido presidente expresó sentirse "profundamente honrado por la confianza" depositada en él, comprometiéndose a ejercer como "un fiel administrador y sabio servidor de unidad y comunión" con el Papa León y sus hermanos obispos.

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El obispo Daniel Flores, de Brownsville (Texas), considerado el otro gran favorito para la presidencia, fue elegido vicepresidente, formando un equipo que comparte la sensibilidad hacia la causa migrante. Flores había declarado previamente que "como conferencia, debemos expresarnos con más firmeza respecto a la dignidad de los inmigrantes, para decir que no son criminales, sino familias vulnerables".
El desafío pastoral prioritario
Durante la asamblea plenaria, la situación migratoria emergió como el tema central que ocupa las mentes de casi todos los obispos del país. Coakley confirmó que este asunto ha consumido "una buena parte del tiempo" de las deliberaciones y continuará siendo prioritario en el futuro inmediato. El arzobispo señaló la necesidad de trabajar con la administración federal para "avanzar en los intereses de la Iglesia" respecto a políticas migratorias justas.
"Necesitamos acompañar no solo a nuestros inmigrantes que están sufriendo, sino a todas nuestras personas", explicó Coakley, subrayando que la Iglesia debe ser respetuosa con las leyes del país pero también responsable del sufrimiento de su pueblo. El prelado enfatizó la importancia de "arrojar más luz que calor" sobre este tema complejo y neurálgico, evitando generar temores innecesarios mientras se mantiene una voz fuerte y profética.

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Un mensaje evangélico frente al debate político
En enero pasado, apenas dos días después de la toma de posesión de Trump, Coakley ya había alzado la voz recordando a los católicos que José y María "huyeron de su país para salvar la vida de su hijo", Jesús, quien "fue un refugiado". Esta referencia bíblica cobra especial relevancia ahora que el debate sobre la "deportación masiva" genera "temor e incluso angustia entre nuestros vecinos inmigrantes".
El nuevo presidente de la USCCB destacó que "los inmigrantes han sido esenciales para el crecimiento y la prosperidad de Estados Unidos", recordando el mandamiento evangélico de "amar al prójimo como a uno mismo". Su lema episcopal, "Duc in altum" ("Salir a lo profundo"), adquiere ahora nuevo significado al asumir este liderazgo en tiempos turbulentos, buscando ser "prudente y profético" sin caer en el alarmismo, pero proclamando con valentía el Evangelio enraizado en la doctrina social católica.





