El cardenal Brenes ya está en Roma para la reunión del CELAM, sin olvidar la grave situación en Nicaragua

Durante su estancia en Roma, el arzobispo de Managua, junto al Vicario Judicial, tendrán dos audiencias privadas con el Papa Francisco

Agencia EFE

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El cardenal nicaragüense, Leopoldo José Brenes Solórzano, ha viajado hasta Roma donde tendrá la posibilidad de tener dos audiencias privadas con el Papa Francisco, según ha informado este domingo la archidiócesis de Managua, en un escenario de enfrentamientos entre la iglesia católica del país y el gobierno del sandinista Daniel Ortega.

Brenes, también arzobispo metropolitano de Managua, viajó hacia la capital italiana la tarde de este sábado junto al vicario judicial de la archidiócesis, el presbítero Julio Arana, de acuerdo con la información pública. El cardenal Brenes "participará de reuniones con el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y en dos audiencias privadas con el papa Francisco", precisó la archidiócesis de Managua.



El viaje del jerarca católico y las audiencias privadas que sostendrá con el pontífice argentino se realizan en medio de un último año especialmente convulso para la iglesia católica de Nicaragua con el Ejecutivo que preside el sandinista Daniel Ortega, quien ha tildado de "golpistas" y "terroristas" a los obispos.

La Justicia nicaragüense sentará en el banquillo de los acusados, el 1 de diciembre próximo, a cuatro sacerdotes católicos para responder por los presuntos delitos de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas en perjuicio del Estado y la sociedad nicaragüense.



Los cuatro sacerdotes, más dos seminaristas y un camarógrafo de la diócesis de Matagalpa, en el norte de Nicaragua, se encuentran en prisión desde el 19 de agosto pasado. Ese grupo de religiosos y laicos, junto al obispo Rolando Álvarez, fueron sustraídos la madrugada del viernes 19 de agosto por agentes policiales del palacio episcopal de la diócesis de Matagalpa, después de haber estado 15 días confinados, y desde entonces se encuentran en la cárcel policial "El Chipote", oficialmente conocida como la Dirección de Auxilio Judicial, con excepción del obispo.

Álvarez, obispo de la diócesis de Matagalpa, administrador apostólico de la diócesis de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua, y quien no ha sido formalmente acusado, se encuentra desde entonces bajo "resguardo domiciliar" en Managua, según la Policía Nacional. La Policía Nacional, que dirige Francisco Díaz, consuegro del presidente Ortega, acusa al jerarca y a sus colaboradores de intentar "organizar grupos violentos", supuestamente "con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales".



El pasado 28 de septiembre, el presidente Ortega arremetió contra la Iglesia católica, la acusó de no practicar la democracia, de ser una "dictadura" y una "tiranía perfecta" y de haber utilizado "a sus obispos en Nicaragua para dar un golpe de Estado" a su Gobierno en el marco de las manifestaciones que estallaron en abril de 2018 por unas controvertidas reformas a la seguridad social.

Las relaciones entre los sandinistas y la Iglesia católica de Nicaragua han estado marcadas por roces y desconfianzas en los últimos 43 años.

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