Así vive la situación de Nicaragua un sacerdote desde España: "Nos venden como golpistas y terroristas"

La detención del obispo Álvarez es fuente de preocupación para las diócesis en España que buscan contribuir con oraciones y ayuda económica

Alejandra Quintero

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Un sacerdote nicaragüense, residente en España desde hace seis años, ha compartido en ECCLESIA su experiencia durante estos días en los que Nicaragua está bajo tensión con la detención del obispo Rolando Álvarez.

No ha querido revelar su identidad dada la delicada situación que se vive entre el gobierno y la Iglesia: “El obispo nos ha pedido que procedamos con mucha prudencia”, ha explicado el sacerdote.

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Su Iglesia de lejos

Desde Europa, este sacerdote no deja de leer noticias de su país y de comentar lo sucedido a través de un grupo de Whatsapp con los compañeros de la diócesis. Sin embargo, con el cierre de varios medios de comunicación religiosos, a los ciudadanos nicaragüenses, no pertenecientes a la diócesis, se les dificulta informarsey actualizarse sobre lo que sucede en Matagalpa.

El sacerdote mencionó dos problemas mediáticos: el control y la distorsión que ejerce el gobierno sobre la información. Contó que “se han cerrado nueve emisoras de la diócesis de Matagalpa” y añadió que “venden la imagen de la Iglesia, los obispos y los sacerdotes como golpistas y terroristas que intentan derrocar al gobierno constitucional”.



De España a Nicaragua

El sacerdote toma iniciativas para que la situación de su país no pase por alto. Por un lado, comentó que junto a él, otros miembros de la Iglesia han buscando ayudas económicas para los procesos judiciales del padre Manuel García y el padre Leonardo Urbina, también detenidos. A pesar de la distancia, "la fraternidad sacerdotal debe frotar de nosotros”, asegura. Por otro lado pidió la oración: “Yo en cada parroquia española a la que voy pido que recen por mi país”.

Añadió que en Nicaragua llegaron a desmentir la imagen peyorativa que el gobierno vendía de la Iglesia durante las misas, pero que desde finales del año pasado dejaron de hacerlo por opresión indirecta.

Sacerdotes de Nicaragua le contaban que aparcaban vehículos de policía frente a las iglesias o, que gente infiltrada entraba a grabar lo que decían los padres. “Como te salgas un poco y denuncies la realidad de lo que está pasando, al día siguiente ya te tienen entre ojos, te inculpan o te amenazan”, explicó el sacerdote.



La misión: evangelizar

Ahora bien, que la cuestión mediática y las acciones del gobierno de Nicaragua hayan desestabilizado a la Iglesia, “el plan de evangelización no se va a detener”, dio a entender el sacerdote.

Eso sí, dijo que será más “prudente” con lo que se diga para que no hayan malentendidos.“Si comienzas a hablar de temas de institucionalidad, del estado de derecho o de la violacion de los derechos humanos, te vuelves un enemigo”, ejemplificó.

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Conciencia de la misión

El sacerdote no solo teme por su país sino también por lo que puede llegar a pasar en España.

Teniendo la experiencia de vida en ambos lugares, y confirmando que aquí hay más libertad de expresión, le preocupa: “Si en España no se comienza a trabajar y a tener una conciencia entre los cristianos de la misión de la Iglesia, les va a llegar a pasar lo mismo que en Nicaragua”.

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