"Sin coche no podría hacer nada. Especialmente es una ayuda para ir a atender a los enfermos, impartir los sacramentos o llevar a cabo la catequesis entre los niños de estos caseríos. Además, en los últimos años estoy coordinando la ayuda a un comedor en esta zona, donde se da de comer a unos 50 niños, ellos son como de mi familia."
Para llegar a estas pequeñas comunidades tiene que pasar incluso por caminos montañosos muy difíciles. "He viajado siempre con un Fiat 1, que tenía más de 25 años, y con el que he hecho 550.000 kilómetros ? más de 13 veces la vuelta al mundo ?". Después de muchos años, el coche se ha roto y el padre Rodríguez solicitó ayuda a su obispo Mons. Juan Carlos Bravo. Ayuda a la Iglesia Necesitada le ha provisto de un nuevo coche para poder continuar con su misión y que el Evangelio siga siendo fuente de esperanza, especialmente allí donde otros no llegan.