Una parroquia agustina que da cobijo a cinco personas sin hogar durante el temporal de frío en Madrid

La iglesia de Nuestra Señora del Carmen ha habilitado camas y colchones para que estas personas puedan refugiarse: "La casa de Dios es la de todos"

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La ola de frío que azota a España desde que acabara la Navidad ha dejado toneladas de nieve hielo como no se recuerda en muchas décadas, pero también ha puesto de manifiesto el drama de las personas sin hogar, que tienen que hacer frente a estas temperaturas extremas sin un techo donde acogerse.

Ver a esas personas con sus enseres, cartones o mantas apoyados en la pared o extendidos en algún rellano, es especialmente sangrante en estos momentos tan duros que vivimos como consecuencia de ‘Filomena’.

Parece mentira que aún suceda en un país desarrollado en pleno siglo XXI, pero hemos asistido en estos días a la muerte de personas como consecuencia del frío, al no tener un sitio donde dormir.

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Un drama que la Iglesia ha querido denunciar, entre ellos el presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Juan José Omella, quien el pasado 12 de enero lamentaba en Twitter la muerte de dos sin techo en Barcelona: “Hago un llamamiento a la solidaridad y a la fraternidad efectiva hacia los más desfavorecidos”, afirmó.

Las diferentes congregaciones, parroquias y comunidades están trabajando de manera incansable estos días de intenso frío para acoger a quienes no tienen nada. Es el caso de la parroquia agustina del Carmen, ubicado en el madrileño barrio de Los Negrales, que ha abierto sus puertas a varias personas sin hogar para que puedan dormir y desayunar caliente.

Uno de los voluntarios ha publicado un vídeo en Youtube para explicar la iniciativa impulsada por la comunidad agustina: “Hemos instado en la parroquia Nuestra Señora del Carmen un pequeño hogar, porque la casa de Dios es la de todos”, subrayaba.



Un total de cinco personas están durmiendo en las instalaciones del templo para refugiarse del hielo: “Hemos habilitado algunas camas con colchones. Al entrar en la iglesia les hemos preparado, gracias a la labor de los voluntarios, bolsas con ropa y alimentos. Entre todos ayudamos a las personas que no tienen nada”.

Una vez más se demuestra que la Iglesia siempre está presente con quienes lo necesitan, y dando respuesta a un problema cuya solución realmente corresponde a las instituciones oficiales. Es, en ese momento, cuando la Iglesia y sus comunidades cristianas, urgidas por la fe y el amor en el Dios Padre de todos, se organizan para hacer algo concreto y eficaz.

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