La soledad no deseada, la "pandemia silenciosa" que une a jóvenes y mayores en Valladolid

La Fundación Banco de Voluntariado de Valladolid ha puesto en marcha un proyecto que une a jóvenes y mayores para combatir la soledad no deseada durante la Navidad. Esta iniciativa, que ya cumple cuatro años, busca generar una convivencia intergeneracional y concienciar a los estudiantes universitarios sobre la situación de fragilidad que viven muchas personas.

Visitas para disfrutar de la Navidad

El proyecto consiste en una visita de dos días, el viernes 19 y el sábado 20 por la tarde, en la que los voluntarios universitarios acompañan a los mayores a los sitios más emblemáticos de Valladolid. El objetivo es enseñarles las luces de Navidad, los belenes y visitar distintas iglesias, creando así una convivencia intergeneracional entre ambos colectivos.

Una pandemia silenciosa

Marina Fernández Salvador, presidenta de la fundación, califica la soledad no deseada como "una pandemia cubierta, silenciosa, de la que no somos conscientes". Según explica, este problema se agrava en una sociedad donde la pirámide poblacional se ha invertido y el porcentaje de personas mayores es cada vez más alto. "Hay muchísima soledad, más de la que nos pensamos", asegura.

La experiencia resulta muy enriquecedora para ambas partes. Fernández Salvador destaca que los universitarios son los más sorprendidos y agradecidos, ya que para muchos es su primer contacto con personas mayores y valoran enormemente sus historias. "Nos cuentan cosas, pues, de la guerra, de la posguerra, que es que son un pozo de sabiduría que no es la que hay ahora entre los jóvenes ni mucho menos", afirma.

La solución: un compromiso de todos

La solución a esta "pandemia", según la presidenta, pasa por la implicación de personas dispuestas a ayudar y una mayor sensibilización desde la familia y los centros educativos. Advierte que los jóvenes también sufren esta soledad debido a una sociedad "egoísta" e "individualista", y hace un llamamiento a la acción colectiva. "Hay que concienciar a la sociedad", empezando por el entorno más cercano, como la propia comunidad de vecinos.

El perfil de las personas a las que acompañan es muy variado, aunque la mayoría son mujeres. No solo ayudan a mayores que viven solos, sino también a personas en cuidados paliativos, ofreciendo un respiro a las familias cuidadoras. Además, colaboran con la asociación ASPAYM para acompañar a personas con lesión medular y otras discapacidades físicas.