¿Ha superado la sociedad el estigma hacia quienes sufren trastornos mentales?: "No hay mayor desprecio..."

Pese a los avances en concienciación, los estudios desvelan que todavía hay pudor por decir "que podemos tener una trastorno mental igual que podemos sufrir diabetes"

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Los pacientes con trastornos de salud mental siguen siendo los últimos de la fila en el ámbito sanitario. Es la percepción que tienen los pacientes y profesionales de este campo, y que ha verbalizado en ECCLESIA Elvira Conde, directora gerente de los dos centros psiquiátricos que la Orden San Juan de Dios gestionan en Madrid.

Conde sostiene que se han producido ciertos avances en cuanto al estigma se refiere, pero queda mucho camino por recorrer: "Todavía sigue habiendo algo de miedo o pudor de que podamos tener una enfermedad mental igual que podemos tener una diabetes o una hipertensión”, ha sostenido.

Por su parteel psiquiatra y director médico de los dos centros psiquiátricos de la orden religiosa (Nuestra Señora de la Paz en Arturo Soria y el centro de Ciempozuelos), Álvaro Pico, recalca que contrariamente a lo que una parte de la sociedad piensa todavía, las personas con problemas de salud mental constituyen un peligro para ellos mismos en caso de no ser tratados, y no para la sociedad.

“Es peligroso para uno mismo para su propio cuidado, para su propia supervivencia porque se cuidan mal o pueden llegar a tener esas respuestas como autolesiones o suicido”, ha advertido el psiquiatra.

Los pacientes sufren el estigma social

A lo largo de sus 26 años de vida, Jonathan conoce bien lo que es sufrir estigma social como consecuencia de sus problemas de salud mental. Su trastorno límite de personalidad que le ha acarreado problemas con su entorno, y le llevó hace siete años a ingresar en el centro psiquiátrico de la Orden San Juan de Dios en Ciempozuelos. Un periodo de tiempo en el que asegura haber avanzado a través de las terapias y la orientación de los profesionales.

Además, ha aprendido a abstraerse de estos comentarios irrespetuosos: “Hay gente que te dice... 'ese está loco'. Antes me afectaba, pero si ahora me dicen 'estás loco' yo les contesto 'pues tu gilipollas'. Ya ni les contesto. Antes les respondía, ahora me dicen algo y digo... 'que digan lo que quieran”, ha expresado.

Por su parteIsabel, de 61 años, también ha sufrido el desprecio de su entorno desde que, con 26 años, padezca cuadros ansioso-depresivos. Por ello, asegura que hoy en día el estigma sigue muy presente en nuestra sociedad hacia personas con trastornos mentales: Ha habido algún vecino que me ha retirado la palabra, y cosas así”, ha relatado en ECCLESIA.

Preguntado por el miedo que muchas personas, especialmente jóvenes en edad escolar, sienten a la hora de exteriorizar que pueden estar sufriendo un trastorno de salud mental, el “miedo al que dirán”, "evitar dar explicaciones”, o que todo el colegio acabe siendo conocedor de su situación, se situarían entre los primeros motivos, lo que demuestra que queda mucho camino por recorrer.

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