De sobrevivir en un barco de plástico a conseguir empleo: el guineano Alpha comparte su testimonio en ECCLESIA

Como tantos migrantes, Alpha llegó a España en un barco de plástico desde Marruecos. La atención integral y fraternal de la 'Merced Migraciones' le ha permitido salir adelante

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Hace un año el guineano Alpha Dallo no quería recrear con la prensa lo vivido hace cuatro años antes, cuando llegó a España en un barco de plástico procedente de Marruecos. 365 días después tampoco es partidario de recordarlo, porque que prefiere mirar al futuro con esperanza. Esa esperanza que se ha labrado en estos años gracias a su esfuerzo y al acompañamiento de la fundación católica 'Merced Migraciones', que desde hace más de tres décadas trabaja por la protección y la promoción de la inclusión de personas migrantes y refugiadas en situación de vulnerabilidad.

Poco después de la entrevista concedida a ECCLESIA hace un año con motivo de la Jornada Mundial del Migrante, que la Iglesia celebra cada 25 de septiembre, este joven africano de 22 años encontró un empleo en el sector de la hostelería, en Valladolid.Su situación está regularizada, tal y como nos ha contado.

“En este último año la vida me ha cambiado mucho. El idioma lo llevo mejor, tengo trabajo y me siento bien. Estoy trabajando en un bar de Valladolid, con contrato indefinido de cuarenta horas”, ha asegurado.

"Es una educación integral en todos los sentidos"

Su testimonio es un ejemplo de que con una buena acogida y acompañamiento integral, los migrantes pueden integrarse en nuestra sociedad. Como tantos jóvenes que llegaron al Primer Mundo en condiciones infrahumanas por tierra o mar, Alpha Dallo no tenía donde ir, hasta que fue acogido por la Fundación 'Merced Migraciones', que le proporcionó un techo y una atención integral.

“Desde el momento en el que llegan, la acogida es clave para darles todo tipo de apoyo”, remarca a ECCLESIA Susana Mozo, responsable de la fundación en la capital castellano-leonesa: “Es una educación integral en todos los sentidos y quienes aprovechan la oportunidad salen adelante como Alpha, porque consiguen tener su documentación en regla, aprenden el idioma, una educación integral, comida, etc.”

Un trabajo psicológico y social con el que estos migrantes evolucionan de manera positiva: “Una vez que tienen un buen nivel de español, realizan cursos de formación para acceder a un puesto de trabano, como Alpha”.

Un proceso, precisa Susana Mozo, que se prolonga por un periodo de tres años, ya que parten de cero con estos chicos una vez que llegan a la Península. Algunos, recuerda la educadora de 'Merced Migraciones', se quedan por el camino en esta acogida: “Muchos no aprovechan la oportunidad que se les brinda, pero en la mayoría de los casos es positivo el trayecto. En Valladolid la fundación lleva ubicada seis años, y la satisfacción es alta”.

De la tristeza a la esperanza: el cambio de Alpha Dallo gracias al apoyo de los mercedarios

En los primeros meses, Alpha Dallo se sentía triste. Solo pensaba en marcharse a Francia porque el Castellano se le atragantaba. Pero el apoyo de la fundación fue decisiva para que el guineano no se rindiera: “Sabía que con paciencia algún día todo iba a cambiar. Me he apoyado en los educadores y ha cambiado mucho las cosas”, ha subrayado.

En la actualidad, Dallo continúa viviendo en una de las viviendas de 'Merced Migraciones' para forjar un colchón económico que le permita independizarse y pagarse un alquiler. Cree que pronto lo conseguirá: “Pronto podré dejarlo. La fundación me dejó vivir aquí dos meses para ahorrar y pagar un piso compartido”, ha reiterado en ECCLESIA.

De lo que no ha logrado desprenderse el joven migrante es de algunos comentarios xenófobos de un sector minoritario de la población, aunque tras cuatro años en España, ha aprendido a abstraerse de los insultos, aunque no siempre es fácil: “En el bar donde trabajo algunos clientes me miran raro o dicen algo, pero yo les atiendo igual. Hay de todo. En todo el mundo hay gente buena y mala. Tengo muchos amigos que me quieren y me apoyan mucho”, afirma con satisfacción.

De cara al futuro, Alpha no quiere quedarse estancado laboralmente, y ya está estudiando para sacarse el carnet de conducir y, más adelante, tratar de obtener el permiso para conducir camiones: “Son personas que vienen con mucha mochila, pero con trabajo día a día, escuchar a la persona sin mirar su procedencia o color de piel, se puede conseguir una evolución muy positiva”, ha puntualizado Susana Mozo.

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