Sebastián Mora: “La concatenación de crisis nos lleva a pensarnos distintos como sociedad”

El exsecretario de Cáritas Española indica que el perfil de personas en situación de pobreza ha cambiado desde 2009 a causa de las grandes crisis que ha padecido la sociedad

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La pobreza y la precariedad matan. Con este contundente título ha presentado en Córdoba su ponencia el profesor Sebastián Mora, doctor en sociología y licenciado en Filosofía de la Universidad Pontificia Comillas. Ha sido secretario general de Cáritas Española y ha mirado muchas veces a los ojos a las personas pobres, invitado por la HOAC, define un cambio necesario ante la crisis global que produce una pobreza cronificada: dar lo que también necesitamos porque disfrutar de bienes y servicios es un privilegio.

Mora indica que “la precariedad es un término sociológico acuñado hace algunos años que viene a definir no solo la carencia concreta de necesidades básicas para la vida, con al cual podemos definir la pobreza, sino una fragilidad social que nos hace estar en vulnerabilidad extrema, en un riesgo de caer en pobreza; representa una arquitectura vital que ante cualquier eventualidad –enfermedad, pérdida o cambio de trabajo, una situación familiar- estamos tan en el alambre, que caemos en la pobreza. La precariedad significa una vulnerabilidad social amplia, no solo aquellas personas que catalogamos en pobreza, sino a toda la sociedad que cada vez más aumentan su riesgo de caer en pobreza”.



Sobre si ha cambiado el perfil de las personas que sufren pobreza indica que “sí, ha cambiado mucho el perfil porque desde la crisis del 2009, desde la gran recesión, después con la crisis pandémica, y ahora con la crisis global-energética-recesionista como consecuencia de la guerra de Ucrania y otros hechos sociales y económicos, la pobreza se ha extendido, se ha hecho más intensa, más grave en muchas capas de la población y se ha hecho más crónica”.

Mora ha expuesto que “las redes sociales son tremendamente paradójicas y ambivalentes. Tenemos información amplia, instantánea, pero las redes sociales, además, son grandes plataformas de ocultación del sufrimiento, la injusticia y el dolor. De alguna manera nos permite estar conectados con la realidad y al mismo tiempo nos alejan de la realidad, por eso es muy difícil situarnos desde una dimensión ética ante el mundo virtual. Por un lado son capaces de generar una vinculación amplia con la realidad y por otro nos separa de la misma”.

Importancia de la solidaridad

Por último señala que ante una situación de incertidumbre existencial grande, de una perplejidad ante los procesos sociales, “nos hace recluirnos en nuestras propias seguridades. Como decía el Papa Francisco, “el programa del cristiano es un corazón que ve” y que sabe ver y sentir la realidad y ser solidario. Estamos entrando en una época en la que el mensaje evangélico tiene que calar ya no solo en los cristianos, sino más allá de los creyentes cristianos, porque estamos acostumbrados a una solidaridad redistributiva: damos los que nos sobra. En el futuro, el adjetivo de la solidaridad va a ser una solidaridad de renuncia desde el compartir”.

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