Rosa Abad, primera laica española en recibir el ministerio del catequista: "Toda una responsabilidad"

La celebración tendrá lugar el domingo 23 en Roma, en una ceremonia presidida por el Papa Francisco

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Rosa María Abad León es la primera laica en la Iglesia de Madrid, y en la española, que va a recibir de manos del Papa el ministerio de catequista. “Cuando me dieron la noticia no sabía ni qué decir. Pero es que a veces, Dios deja sin palabras”, ha explicado a ECCLESIA esta madrileña bibliotecaria de profesión pero “catequista de vocación”.


A principios de 2021 el Papa Francisco creó el ministerio de catequista en la Iglesia Católicacon la publicación de la carta apostólica, en forma de motu propio, Antiquum ministerium.

El ministerio de catequista está integrado por laicos que tienen un llamado particular a servir a la Iglesia Católica como maestros de la fe. De esta forma, tal y como subraya Rosa María, “el catequista es al mismo tiempo testigo de la fe, maestro, acompan?ante y a la vez, con ese testimonio muestra el compromio son la catequesis y con la propia Iglesia”.

Toda una responsabilidad

Un reconocimiento ante el que esta catequista solo siente agradecimiento: “Solo puedo dar gracias a Dios por haberse fijado en mi. Es también toda una responsabilidad”.

De hecho, “pienso que esto abre muchas puertas para llevar la palabra de Dios cuantos más sitios mejor Tenemos que estar presentes, actualizarnos y hablar con la terminología y lenguaje de los jóvenes. Tenemos que saber dónde se mueven, dónde están, hacernos sitio en las redes sociales porque nuestra misión es ser puentes para acercar a todos”.

En esta tarea, Rosa advierte que actualizarse “no es desechar todo lo que antes”, sino que la Iglesia “no tiene que tener miedo, tiene que salir

El domingo de la Palabra

El acto tendrá lugar en la basílica de San Pedro este 23 de enero, coincidiendo con el Domingo de la Palabra de Dios, y será el Papa Francisco quien otorgue el ministerio de catequista a un grupo de catequistas procedentes de todo el mundo.

El cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, recibió a Rosa el pasado viernes, 14 de enero. Fue el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización el que pidió al arzobispo que propusiese a una catequista de la archidiócesis de Madrid para formar parte de este grupo de primeros ministros de la catequesis de la Iglesia y, tras oir al Consejo Episcopal y al delegado episcopal de Catequesis, Manuel María Bru, se propuso a Abad por su valiosa formación como catequista, su rica experiencia y buen hacer como catequista parroquial de infancia, y su colaboración con la archidiócesis. Abad es catequista de la parroquia del Santísimo Cristo de la Víctoria, miembro del Equipo de Expertos de la Delegación de Catequesis del Arzobispado de Madrid, y miembro de la Asociación Española de Catequetas (AECA).

En la reunión de la semana pasada con el purpurado, Abad estuvo acompañada por su párroco, Alfredo Jiménez Romero, y el delegado. Hablaron de los retos de la catequesis hoy, sobre todo a fin de procurar una catequesis “que toque el corazón antes que la cabeza”, en palabras del cardenal Osoro, y Abad compartió experiencias muy significativas donde la calidez de la acogida y el cariño a los niños es previa a todas las explicaciones teóricas sobre la fe, de cara a dar frutos evangelizadores al servicio de la iniciación cristiana.

El arzobispo la felicitó “y le comunicó su deseo de hacer un nombramiento canónico, una vez recibido el ministerio, con el que abrir una carpeta en la diócesis con los designados para este ministerio que tras ella seguirán recibiendo otros catequistas de manos del obispo, que contará con ellos para un ejercicio estable de la catequesis y una disponibilidad supraparroquial, al servicio de la promoción y coordinación diocesanas para la catequesis”.

Un ministerio “para toda la vida”

El ministerio es “estable”, lo que significa que dura toda la vida. Un servicio que esta? llamado en primer lugar a manifestar su competencia en el servicio pastoral de la transmisión de la fe, que se desarrolla en sus diversas etapas. “Desde el primer anuncio que introduce al kerygma, pasando por la enseñanza que hace tomar conciencia de la nueva vida en Cristo y prepara en particular a los sacramentos de la iniciación cristiana, hasta la formación permanente que permite a cada bautizado estar siempre dispuesto a ‘dar respuesta a todo el que les pida dar razón de su esperanza”.


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