“Queremos que los jóvenes migrantes tengan un futuro digno”: la labor de la Fundación Buen Samaritano en Canarias
La organización ofrece hogares, formación y acompañamiento a más de 160 chicos en situación vulnerable, además de impulsar proyectos de desarrollo en África
fundacion buen samaritano canarias
Madrid - Publicado el - Actualizado
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En Canarias, más de un centenar de jóvenes migrantes han encontrado una oportunidad gracias a la Fundación Buen Samaritano, una organización que nació de un gesto sencillo y hoy se ha convertido en un referente de acogida, integración y dignidad. Con 14 casas abiertas, un equipo de profesionales y decenas de voluntarios, la fundación ofrece mucho más que techo: acompaña a quienes llegan sin nada en su proceso de regularización, formación laboral e inserción en la sociedad.
El proyecto surgió en Tenerife cuando el sacerdote José Félix Hernández, conocido como ´Padre Pepe´, decidió abrir las puertas de su parroquia a un grupo de jóvenes que se encontraban en la calle. A partir de ahí, comenzó una labor que hoy sigue creciendo. “Nos planteamos acompañarlos desde lo jurídico hasta lo formativo, para que el día que tengan sus papeles puedan incorporarse de inmediato al mercado laboral”, ha explicado.
Actualmente, la fundación trabaja en sectores con alta demanda como la agricultura, la construcción y la hostelería. “Se los quitan de las manos porque son chicos con ganas, muy formados y con un comportamiento ejemplar”, ha destacado su fundador.
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Un hogar y un futuro
El nombre Buen Samaritano no es casual: la misión es acoger a quien lo necesita, sin importar de dónde venga ni cuál sea su situación. En la práctica, esto se traduce en un itinerario completo que incluye apoyo jurídico, talleres de formación y aprendizaje del idioma.
El mayor reto, confiesa Hernández, está en el alojamiento. “Muchos cumplen 18 años y se encuentran literalmente en la calle. Nuestro objetivo es darles un hogar al menos durante un año, hasta que puedan independizarse”. Hoy son alrededor de 160 jóvenes acogidos en distintas casas, además de mujeres víctimas de violencia de género y personas mayores sin recursos.
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Sembrar oportunidades en África
El compromiso de la fundación no se queda en Canarias. Consciente de que muchos migran porque no tienen alternativas en sus países de origen, se han puesto en marcha proyectos en Senegal: un hotel-escuela para jóvenes y un centro de apoyo a madres con hijos en situación de calle.
Además, los propios chicos acogidos en Canarias participan en iniciativas solidarias, como un grupo de teatro que recauda fondos para financiar los proyectos africanos. “Queremos que existan oportunidades allí, para que no tengan que arriesgar su vida en una patera”, asegura el sacerdote.El mensaje de la Fundación Buen Samaritano es claro: la inmigración no es una carga, sino una oportunidad de enriquecimiento mutuo. Y lo demuestra con hechos, ofreciendo a cada persona un camino real de integración y esperanza.