Procesiones, 'Rompida de la hora' y mucha emoción tras dos años de pandemia: España recupera sus tradiciones

Zamora, el Alto Aragón, San Vicente de la Sonsierra y Melilla, entre muchas otras ciudades, han vuelto a vivir un Jueves Santo lleno de emociones

Agencia EFE

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Tras dos años de parón debido a la pandemia, España ha vuelto a vivir un Jueves Santo de procesiones, tradiciones y muchas emociones.

El Jueves Santo en Zamora

Zamora ha enmudecido esta madrugada al paso del Cristo muerto por los barrios bajos y el casco antiguo de la ciudad en un silencio que solo se ha roto tras dos horas de procesión en la plaza de Viriato por el más de un centenar de voces cofrades que han entonado, mascarilla en boca, el canto del Miserere. La procesión de la Penitente Hermandad de Jesús Yacente ha sacado con una cuidada estética a la talla de la primera mitad del siglo XVII de la que adopta el nombre la cofradía, a la que acompañan los hermanos vestidos con túnica y caperuz de estameña blanca con ribete y fajín morados.

El momento álgido del desfile se ha vivido en la parte final del itinerario, a la una de la madrugada, con el canto a capela del Miserere y el avance lento del Jesús Yacente portado a hombros por ocho penitentes mientras todos los cofradesle han hecho pasillo dispuestos alrededor de la Plaza de Viriato.



"Miserere mei Deus, secundum magnan misericordiam tuam et...", las palabras en latín del antiguo Salmo 50 convertidas en canto gregoriano han roto el silencio de la noche para rogar piedad a Dios en la celebración del duelo por su muerte antes de la Resurrección.

Esas voces se han hecho aún más profundas en el ambiente al salir tras la mascarilla y estar arropadas por un desfile procesional de los más icónicos de Zamora por su recogimiento, su estética austera o detalles que rememoran la muerte de Jesús, como el sonido de las campanillas del viático o la exhibición de unos clavos plata y la corona de espinas.



Este año, por primera vez, el emblemático canto del Miserere y el desfile han podido ser contemplados por personas con problemas de movilidad que padecen esclerosis múltiple desde la sede de la Diputación de Zamora en la plaza de Viriato, en una iniciativa para hacer accesible este acto a personas con discapacidad.

Entre los elementos más sobrecogedores de esta procesión zamorana han destacado las tres pesadas cruces de madera a tamaño real que son arrastradas por penitentes, dos de los cuales lo han hecho además descalzos. Igualmente, zamoranos y visitantes han podido apreciar en este desfile que se celebra desde la postguerra cómo los cofrades portan un hachón con vela y llevan en los pies unas sandalias franciscanas sin calcetines, en el mejor de los casos, ya que muchos de ellos optan también por desfilar descalzos en señal de penitencia.

Además, el recorrido ha sido inédito para evitar algunas de las calles más estrechas del casco histórico de Zamora y por ello la procesión ha partido en esta ocasión de la iglesia de San Andrés, en vez de la de Santa María la Nueva, el templo románico en el que se guarda habitualmente el Jesús Yacente sacado en procesión.



La “rompida de la hora” en el Alto Aragón

Tras dos años de silencio, los bombos y tambores en los siete pueblos turolenses que "rompen la hora" en Jueves Santo han vuelto a tocar al unísono esta medianoche, reviviendo una tradición que está declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco desde 2018. El sonido del reloj de la Plaza de la Iglesia de Urrea de Gaén ha marcado, a las doce en punto, el momento en el que decenas de urreanos han roto el silencio para iniciar un estruendo de bombos y tambores que se mantendrá en las calles de esta pequeña localidad hasta las 20.00 horas del Sábado Santo.

Un par de minutos antes de que la manilla larga alcanzara las doce, la plaza, ya abarrotada, ha quedado en silencio y todas las miradas se han dirigido al reloj, baquetas y mazas listas para comenzar a tocar al unísono, justo con la llegada del Viernes Santo.



Decenas de turistas, fácilmente identificables porque no vestían la tradicional túnica negra y el pañuelo blanco al cuello, han asistido emocionados al "romper la hora" en este pequeño pueblo del Bajo Aragon, de apenas 500 habitantes.

Esta tradición tiene también la consideración de Fiesta de Interés Turístico Internacional, además de la declaración de la Unesco, que coloca a estas tamborradas al nivel de las manifestaciones culturales más importantes y bellas del mundo. Pero si alguien estaba emocionado, después de dos años en los que en el Bajo Aragón se ha roto la hora desde los balcones, y no en las plazas, debido a la covid, eran los cientos de urreanos.



Y es que como en el resto de los pueblos de la ruta, en la Plaza de la Iglesia de Urrea familias enteras, en algunos casos hasta con tres generaciones, y cuadrillas de amigos han formado círculos para interpretar sus toques, diferentes, pero todos unidos en torno a una forma de vivir y sentir la Semana Santa con el mismo hilo conductor: el estruendo de bombos y tambores.

En la edición de 2022, la emoción ha sido todavía mayor que en otras ocasiones para volver a vivir una tradición que se hereda y que se comparte, quizá por el recuerdo del confinamiento y la pandemia y de quien hoy no ha podido compartir esta estruendosa tradición. Nueve son los pueblos que forman la Ruta del Tambor y el Bombo de Teruel. En siete de ellos se "rompe la hora" la medianoche del Jueves Santo (además de en Urrea, en Albalate del Arzobispo, Alcorisa, Andorra, Híjar, La Puebla de Híjar y Samper de Calanda).



La penitencia de los “picaos” en San Vicente de la Sonsierra

La villa riojana de San Vicente de la Sonsierra ha revivido este Jueves Santo la penitencia de los "picaos", en una procesión que ha vuelto a recorrer las angostas calles de la localidad tras la suspensión por la pandemia. Once disciplinantes "picaos" salido en la procesión, a la que ha acompañado el buen tiempo, y que ha congregado a centenares de personas que, con mascarilla, han presenciado este rito que se remonta al siglo XVI, y que conserva la Cofradía de la Santa Vera Cruz y los Disciplinantes, una de las más antiguas de España.

Su portavoz, José Ramón Eguíluz, ha informado a Efe de que se trata de "una buena cifra de disciplinantes", pese a la incógnita que la pandemia había suscitado en la Cofradía en cuanto a las personas que podrían participar en esta penitencia, debido a sus características y a las circunstancias derivadas de la covid-19.

Como novedad, los disciplinantes han salido a la procesión desde una nueva sede, que la Cofradía ha habilitado para la disciplina y que, según Eguíluz, supone "una mejora sustancial para el penitente". Se trata de unas instalaciones "mucho más higiénicas" para las curas del disciplinante, dotadas de más espacio y servicios, frente a los 20 metros cuadros utilizados hasta ahora.



La liberación de un preso en Melilla

La Cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo de Medinaceli y María Santísima del Rocío de Melilla ha cumplido este Jueves Santo la tradición de liberar un preso durante su procesión, tal y como lleva haciendo en la ciudad autónoma desde 20021. Una letrada de la Administración de Justicia ha hecho lectura del auto del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria, por el cual queda suspendida la ejecución de la pena de 4 años de prisión impuesta por el Juzgado de lo Penal número 4 de Málaga a F.M.M., vecino de Melilla.

La liberación se ha hecho efectiva este Jueves Santo, pasadas las 22.00 horas, en un solemne acto en la Avenida Juan Carlos I, donde la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo de Medinaceli y María Santísima del Rocíoha hecho su estación de penitencia ante miles de personas y las principales autoridades de Melilla en la tribuna

A partir de la liberación de F.M.M., que vestía la túnica y atuendo propios de la cofradía, la Cofradía del Cautivo y el Voluntariado Cristiano de Prisiones comenzarán a tutelarlo durante un año, prestándole su apoyo moral y auxiliándole en sus necesidades, de forma que le ayuden a su reinserción en la sociedad.

El acto de la liberación del preso ha terminado con F.M.M. haciendo los honores tocando la campana para alzar al Cautivo al cielo junto con la Virgen del Rocío, ambos mecidos en paralelo ante la tribuna de la Iglesia del Sagrado Corazón. De este modo, ambas imágenes han encarado el tramo final de su procesión, de unas nueve horas, que ha arrancado a las 16.15 horas en su Casa Hermandad ante una gran expectación debido al paréntesis de dos años obligado en la Semana Santa melillense por la crisis sanitaria.


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