Osoro define el Año Santo de San Isidro como "de gracia", al hacerse sentir "la universalidad de la Iglesia"

El arzobispo de Madrid ha clausurado el Año Santo en honor a San Isidro. En TRECE, se ha congratulado porque Madrid haya crecido en torno "a la hondura humana" del santo labrador

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“Clausuramos el Año Santo de San Isidro. No ha sido un Año más el que hemos vivido en Madrid. En este Año Santo de gracia, el amor del Señor ha tenido una presencia singular en nuestra vida a través de la cercanía de San Isidro Labrador”.

Con estas palabras el arzobispo de Madrid, el cardenal Carlos Osoro, ponía punto y final a este año Año Santo con el que se conmemoraba el 400 aniversario desde que fue canonizado el patrón de Madrid, que este 15 de mayo celebra su día.

Ha sido el titular de la archidiócesis quien ha presidido la Misa en la Colegiata junto al arzobispo emérito de Madrid, el cardenal Rouco Varela, el Nucio Apostólico, Bernardito Auza o el cardenal Aquilino Bocos, y con la presencia fieles, muchos de ellos vestidos de chulapo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayusoo el alcalde de la capital,José Luis Martínez Almeida.

En su alocución, Osoro no ha dudado en expresar que se ha tratado de un “año de gracia para Madrid y para todos los que, de diversos países, de todos los continentes, han pasado por la basílica de san Isidro, para pedir a este santo madrileño y universal su intercesión y su ayuda”.

Para el arzobispo de Madrid, el Año Santo que se clausura este lunes ha hecho que se haya sentido “la universalidad de la Iglesia” a través de testimonios como el de los misioneros, que presentaron a San Isidro como “santo, laico cristiano, esposo y padre de familia, como modelo cristiano que fraguó su vida dejándose invadir por la gracia de Jesucristo”.

Y es que tal y como ha señalado el cardenal Osoro, San Isidro se ha convertido por su obra en un “modelo para todas las familias cristianas. Fue un creyente y trabajador incansable, modelo de caridad cristiana para todos los que tuvo a su lado y para todos los que iban en búsqueda de su consejo y cercanía”, ha continuado exponiendo durante la homilía.

Las tres palabras con las que Osoro define la vida de San Isidro

El titular de la Iglesia madrileña ha recordado asimismo que las nuevas investigaciones han permitido, a lo largo de este Año Santo, tener datos más precisos sobre la persona de San Isidro Labrador. Estos estudios, junto a los pasados, han llevado a Osoro a resumir en tres palabras el modo de vida y de actuar del patrón de la capital de España: “Escuchar, caminar, anunciar”.

Sobre la escucha, Osoro considera que a través de San Isidro hemos aprendido “a escuchar la Palabra de Dios. En este Año Santo, san Isidro nos ha invitado a sintonizar con la Palabra de Dios y a discernir si somos de verdad hombres y mujeres que formamos parte de un Pueblo en el que caminamos juntos, junto al Señor que camina en medio de nosotros”.

Al hilo de esta idea, el arzobispo de Madrid ha instado al pueblo de Dios a no hacer caso “de profeta de calamidades que dividen y rompen”, y pide a los fieles caminar juntos, “sintiéndonos miembros de un Pueblo Santo”.

Osoro ha continuado reivindicando la huella que dejó San Isidro en el pueblo de Madrid, un territorio que siempre se caracterizó por la acogida. Una acogida que se resume, según el cardenal, “en la alegría de la fe” y “la belleza de la fraternidad”.

“Esto es lo que entregó y sigue entregando san Isidro Labrador. Sí, la alegría de haber asumido una manera de ser y de vivir que no excluye absolutamente a nadie, pero que regala y ofrece esa mirada y gestos de Jesús: cómo ser canales abiertos y generosos de los que fluye amor, gracia, poner al otro en el centro, ser constructores de fraternidad”, ha expresado.

Por último, Osoro ha puesto en valor la figura de San Isidro como ejemplo de anuncio del Evangelio, pese a que hace casi un milenio que abandonó este mundo: “Para anunciar hay que rezar. La creatividad viene de la oración, pues nos abre a Dios, a los demás, al prójimo. Para anunciar, las personas se tienen que sentir acogidas. Un anuncio de Cristo no lo pueden hacer hombres y mujeres enfadados, sin alegría… así no se puede anunciar el Evangelio. Estamos invitados a descubrir en san Isidro Labrador un modo de caminar mostrando la belleza del Evangelio”, ha subrayado.

Osoro, en TRECE: "Madrid ha crecido en torno a la hondura humana de San Isidro"

En declaraciones a 'ECCLESIA al día' en TRECE, el arzobispo de Madrid ha destacado ”la infinidad de gente que ha pasado por la basílica de San Isidro, que se ha postrado ante la reliquia del cuerpo de San Isidro”, y también subraya como aspecto positivo haber conocido más sobre su figura gracias a los estudios realizado durante este año.

“Un hombre de Dios siempre hace bien y San Isidro lo empezó a hacer en Madrid, en las tierras en las que trabajaba, con la familia con la que vivía, presentándose como una familia cristiana donde el amor era el fundamento de la existencia de su hijo, de su esposa y de él”, ha argumentado el responsable de la Iglesia madrileña.

Tampoco ha pasado por alto Osoro en TRECE la dimensión caritativa del patrón de la capital de España, no porque tuviese grandes medios para ayudar al prójimo, sino porque “daba lo que tenía y después buscaba los medios para que pudiesen vivir los que lo necesitaban”, ha precisado.

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Osoro define el Año Santo de San Isidro como de gracia, al hacerse sentir la universalidad de la Iglesia

El cardenal Carlos Osoro se ha congratulado por que la Iglesia cuente con hombres como San Isidro, capaces “de trascender históricamente del lugar donde ha estado viviendo”. En este sentido, ha puntualizado que se trata de un santo universal, presente en todos los continentes, especialmente en América Latina o países asiáticos como Filipinas.

“La predicación que hicieron los misioneros en la evangelización del Nuevo Mundo o en Filipinas llevaban propuestas concretas de hombres de Dios como San Isidro, que había vivido con profundidad la adhesión sincera a Jesucristo y la Iglesia”. Por ello, Osoro ha destacado la infinidad de parroquias, ermitas o santuarios dedicados a San Isidro.

“Lo más grande es saber que Madrid, una ciudad que nada tiene que ver con el pueblo donde vivió San Isidro, ha crecido en torno a la hondura espiritual y humana que San Isidro ha ido entregando día a día al pueblo de Madrid y que sigue entregando” ha reflexionado el arzobispo en TRECE.

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