Omella recuerda la figura de Santa Teresa de Jesús en el día de su fiesta: "Una mujer adelantada a su tiempo"

Este viernes, 15 de octubre, la Iglesia celebra una de las grandes maestras de la vida espiritual de la Iglesia, cumbre de la mística experimental cristiana

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Este viernes, 15 de octubre, la Iglesia celebra una de las grandes maestras de la vida espiritual de la Iglesia, Santa Teresa de Jesús que, junto con San Juan de la Cruz, se la considera la cumbre de la mística experimental cristiana.

El card. Omella, en su tuit cotidiano, ha querido recordar una frase de la primera doctora de la Iglesia: “Vivo sin vivir en mi, y tan alta vida espero, que muero porque no muero”.

El presidente de la CEE ha recordado que este viernes celebramos su fiesta: “La autora de esta bella frase es Santa Teresa de Jesús, primera doctora de la Iglesia. Hoy celebramos la fiesta de esta religiosa, maestra, mística y escritora. Una mujer de Dios adelantada a su tiempo”.



La figura de Santa Teresa de Jesús, "adelantada a su tiempo"

Nacida en Ávila el 28 de marzo de 1515, la santa andariega ingresó en el Convento Carmelita de la Encarnación. Aquí buscaría una experiencia profunda de Dios desde la oración y la vida contemplativa.

Sintiendo que el Cielo le pedía fortalecer el Carmelo, inicia la renovación, cambio que afecta también a los varones. Para este cometido estuvo acompañada por San juan de la Cruz al que llamó dulcemente “El medio fraile” por su baja estatura. A largo de su trayectoria, funda quince monasterios, empezando con el Convento de San José, en su ciudad natal. Pero no todo, fue camino de rosas, porque soportó muchas incomprensiones y persecuciones.

Para ayudarle en este itinerario de misticidad contó con la asistencia espiritual de San Pedro de Alcántara que fue por mucho tiempo su confesor. Y es que, pesar de todo, ella siempre tuvo una fuerte unión con el Esposo – Cristo - siendo una de las grandes místicas, realidad que plasmó en sus muchos escritos espirituales y literarios, como es El Castillo Interior o El Libro de su Vida.

En estos escritos dejó constancia del camino que debe seguir todo cristiano que se precie de serlo, para llegar hasta Dios: La Vía Purgativa que te limpia de cualquier fallo para quedar puro ante el Amado. La Vida Iluminativa que es la luz que recibes cuando has quedado limpio de tus pecados. La Vía Unitiva que se desposa con Cristo, el Esposo. Dejó esta vida, a la que denominó una mala noche en una posada, el 4 de octubre de 1582. San Pablo VI, le declaró Doctora de la Iglesia.




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