Omella, preocupado por el futuro de los jóvenes afectados por la crisis: "¿Es éste el mundo que queremos?"
Según datos del Informe Foessa, en España hay 2,7 millones de jóvenes entre 16 y 34 años afectados por procesos de exclusión social intensa
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El card. Omella ha vuelto a subrayar unos datos preocupantes del Informe Foessa que fue presentado hace unas semanas por Cáritas. Esta vez han sido los jóvenes los protagonistas del mensaje del presidente de la Conferencia Episcopal Española.
“Según el Informe Foessa, en España hay 2,7 millones de jóvenes entre 16 y 34 años que están afectados por procesos de exclusión social intensa”, ha indicado el card. Omella. El arzobispo de Barcelona ha indicado como estas personas “difícilmente tendrán su propio proyecto de vida”.
El presidente de la CEE, al final de su mensaje, se pregunta preocupado: “¿Es éste el mundo que queremos para nuestros hijos?”
Según el #InformeFoessa, en España hay 2,7 millones de jóvenes entre 16 y 34 años que están afectados por procesos de exclusión social intensa. Son personas que difícilmente tendrán su propio proyecto de vida.
— Card. Juan José Omella (@OmellaCardenal) February 10, 2022
¿Es éste el mundo que queremos para nuestros hijos?
Los datos del Informe Foessa
Ser joven es uno de los factores de exclusión que ha sacado a la luz la crisis sanitaria de la Covid-19. Según los resultados que arroja el informe Foessa, en España hay 2,7 millones de jóvenes entre 16 y 34 años afectados por procesos de exclusión social intensa y multidimensional que les impide realizar proyectos de vida para transitar hacia la vida adulta.
En 2021 se sumaron más de 650.000 nuevas personas jóvenes (16-34) a la situación de exclusión, la mayoría en situación de exclusión severa. Son 500 mil personas jóvenes más con respecto a 2018 que están afrontando situaciones de especial complejidad, lo que hace un total de 1,4 millones de jóvenes en situación de exclusión severa.
A nivel generacional, la tasa de exclusión de la población menor de 30 años es algo más de tres veces superior a la de la población mayor de 65 años y la tasa de exclusión severa se llega a multiplicar por cinco entre ambos grupos etarios.
