Nicolás Iribas: “Las Javieradas son una oportunidad para conocer la realidad de la Iglesia”

Este joven participará en las Javieradas del año 2023 y explica que "cada uno desde su carisma y desde su propia vivencia, aporta un poco de lo que tiene a toda la Iglesia"

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“Desde que era pequeño hacía las Javieradas con mi familia y después con mi grupo. Desde el año pasado hemos empezado a hacer la Javierada con la Delegación de Juventud de la archidiócesis de Pamplona y es una experiencia muy bonita, porque además de ir nosotros, los que ya nos conocemos de nuestro grupo, podemos conocer a muchas otras personas que también sean cristianas de otros grupos y caminar juntos hacia Javier, de la mano de toda la realidad de la Iglesia, que es mucho más grande de lo que nos imaginamos”, con estas palabras se ha expresado a ECCLESIANicolás Iribas, un joven de la archidiócesis de Pamplona que participa en las Javieradas 2023.

Miles de peregrinos de toda Navarra participan este sábado en la primera jornada de las Javieradas de 2023 en la que el sol y el frío han sido protagonistas durante su marcha.

Hay quien ha hecho toda la ruta en bicicleta, andando e incluso quien ha optado por hacerla en patines. A primera hora las temperaturas eran bajas y en el alto de Loiti han podido coger algo más de fuerzas y calor con el caldo de pollo que se entrega en ese punto. A las 17h se celebrará la misa de acogida al peregrino y este domingo a las 8:00 horas saldrá el Vía Crucis desde Sangüesa y a las 10h se celebrará la misa ante el castillo.



"Cada uno aporta un poco de lo que tiene"

Iribas ha explicado que “cada uno desde su carisma y desde su propia vivencia, aporta un poco de lo que tiene a toda la Iglesia. Este sábado celebramos la primera Javierada y la siguiente será justo la semana que viene. Peregrinamos como todos los años hasta el castillo donde nació San Francisco de Javier, donde se invita a todos los navarros y a todas las personas que se quieran unir. Solemos recordar nuestras raíces misioneras en allí”.

Añade además que “ahora que empieza la Cuaresma llegamos al castillo de Javier y nos encontramos con el crucifijo que lloró cuando murió San Francisco y recordamos a lo que estamos llamados, a expandir ese amor a todo el mundo a través de nuestra evangelización, en nuestro día a día y con todos los sacrificios que haga falta. Se suele hacer cada uno desde su pueblo, aunque en general se suele hacer desde Pamplona”.



Un sacrificio que tiene recompensa

En relación a la dificultad del camino en el pergrinaje, el joven confirma que “andamos con esa connotación de sacrificio, de andar muchas horas para llegar. Hacer ese esfuerzo y esa penitencia supone un sacrificio que se recompensa con el encuentro con el Señor y con todos los que van allí”.



Una oportunidad de conocer la realidad de la Iglesia

Por último, invita a otros jóvenes a que se sumen a vivir esta experiencia, expresando que “desde mi experiencia les puedo hablar de que para mí es algo muy bonito conocer toda la realidad de la Iglesia, porque a veces nos pensamos que igual estamos un poco solos y al llegar allí nos damos cuenta de que somos muchos más y eso nos impulsa a dar ese paso en esa entrega. También nos sirve para mirarnos en la figura de San Francisco Javier. Esta peregrinación propicia encuentros con otra gente y esos encuentros te llevan a una alegría que no tenías antes. Es una oportunidad que puede tener el Señor para darse a conocer a todos los demás a través de este atractivo”.





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