Mons. Vicente Jiménez pide a todos los fieles participar del camino sinodal para "no quedarnos los de siempre"

El arzobispo emérito de Zaragoza reclama a todos ser partícipes en el diálogo y la escucha de la fase diocesana del Sínodo de los Obispos que se celebrará en octubre de 2023

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El arzobispo emérito de Zaragoza, Mons. Vicente Jiménez, ha informado a los medios de comunicación en qué punto se encuentra la XVI Asamblea Sinodal de los Obisposque se celebrará en Roma en octubre de 2023 y que estará presidido por el Papa Francisco.

Mons. Vicente Jiménez ha recordado que nos encontramos en la fase diocesana, aunque ha querido comenzar por el principio, recordando que un sínodo significa “caminar juntos”. A lo largo de la historia de la Iglesia, sobre todo en el Primer Milenio, era muy frecuente estas celebraciones junto a laicos, pastores y consagrados. Ya en la etapa más reciente, fue Juan Pablo II quien restauró los sínodos de los obispos con un nuevo impulso tras el Concilio Vaticano II.

“Es un camino que hemos de hacer todos juntos y que tendrá un final en octubre de 2023, pero que vuelve de nuevo a las iglesias particulares, diócesis, parroquias... No solo será el sínodo con los obispos en octubre de 2023, sino que tiene fases, un proceso. Esta primera fase empieza en las diócesis de toda la Iglesia, en el caso de España en las 69 y el Arzobispado Castrense. Luego vendrá la fase continental con siete reuniones de todos los continentes y finalmente sera la última etapa en octubre de 2023”, ha precisado Mons. Jiménez.

El responsable de coordinar esta fase diocesana ha explicado a los medios que el equipo sinodal creado en la Conferencia Episcopal Española es transmitir al exterior qué es un sínodo, transmitirlo acompañar a las diócesis y ser un enlace con el Secretariado General del Sínodo en Roma.

¿Qué se pretende con la fase primera diocesana?

El arzobispo emérito de Zaragoza ha comentado que se trata de un periodo “de consulta y escucha a todo el pueblo de Dios. Para consultar hay que dar participación, que sea inclusiva, no solo para quienes están dentro de la Iglesia, sino también a los que están fuera, los excluidos. A ellos hay que llegar para que manifiesten su opinión y expresar lo que sienten y quieren de la Iglesia. Queremos que nazcan desde las parroquias y englobe a todas las personas que quieran participar”, ha precisado.

En el documento preparatorio que se difunde entre las diócesis es toda una apuesta por ese diálogo, con diez núcleos temáticos, entre los que destacan “la consulta, el hablar con valentía y libertad, la celebración, sentirnos responsable de la misma misión, y está entre ellas la sociedad civil y la Iglesia”, ha insistido.

Mons. Jiménez ha contrapuesto los sínodos que se celebraban anteriormente con los que propone el Papa Francisco, que tiene como último fin que participen todo el pueblo de Dios, no únicamente los obispos: “El planteamiento es que en la fase previa haya participación de todos para escuchar y ser escuchados. Luego se hará un resumen de lo que se ha dicho, no tanto para elaborar un informe, sino para para conocer las experiencias y las dificultades que se plantean a la hora de caminar juntos”.

A juicio del arzobispo emérito de Zaragoza, el sínodo es una oportunidad “para entrar en esta dinámica y superar resistencias, no quedarnos los de siempre, sino abrir el círculo para todos. Habrá resistencias, pero hay un proceso que no acaba en octubre de 2023, sino que empieza de nuevo. Ojalá que fruto del sínodo caminemos mejor todos juntos, escuchemos más y haya más dialogo”.

Mons. Vicente Jiménez ha reconocido que lo más difícil es animar a los católicos a que participen en este proceso, siendo necesario en su opinión para ello “imaginación creativa”. Ha recordado en este sentido que la Iglesia está presente en sectores como las cárceles a través de la pastoral penitenciaria o la obrera, pero en otros núcleos es necesario “establecer puentes con esas personas que no se sienten parte de la Iglesia, y que son mayoría, porque hay muchas iglesias la de los que estamos dentro, los bautizados que no van a misa... a todos queremos llegar y para que se sientan escuchados en un corro y no discutir tanto”.

Para captar a más población, D. Vicente ha informado que harán propaganda, convocatorias, reparto de trípticos y visibilizar que “estamos en una fase de proceso sinodal”.

“En la práctica no vivimos sinodalmente”

El responsable de la CEE en esta primera fase diocesana ha reconocido que pese a que desde la Teología está claro que la Iglesia ha de ser Universal y sinodal, “en la práctica no vivimos sinodalmente. Hay dificultades, se decide desde arriba, el párroco decide... hace falta cultura de sinodalidad, volver a las raíces, a la Iglesia del Primer Milenio. En la Iglesia ha crecido cierta cabeza y hace falta, como dice el Papa Francisco, la pirámide invertida, que los de arriba están para servir. En la práctica no se vive y hace falta entrar en esa dinámica, que sea real y amplia para que no nos quedemos los de siempre porque si no no crecemos en conciencia sinodal”, ha apuntado.

Por todo ello, Mons. Vicente Jiménez ha animado a todos los fieles a que afloren todos los núcleos temáticos sin miedos: “Hay que hablar con valentía y dar la palabra a todos. Poder hablar y escuchar con libertad y sin frenos es una forma de participar. Hace falta que la participación sea real. El método es la escucha, la finalidad es discernir lo que la Iglesia tiene que dar al mundo y a la sociedad, y el camino para ello es la participación, sino será algo de unos pocos. Si no hay discernimiento no sabremos por donde tirar”, ha subrayado el arzobispo emérito de Zaragoza.

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