El mensaje del arzobispo de Sevilla por los 25 años de los asesinatos de Jiménez-Becerril y Ascensión por ETA

Saiz Meneses ha llamado a la sociedad a continuar trabajando por la paz y el bien común frente a quienes "hacen un mal uso de la libertad" o causan dolor a través "de la violencia"

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El arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, ha llamado a la sociedad a continuar trabajando por la paz y el bien común frente a quienes “hacen un mal uso de la libertad” o causan dolor a través “de la violencia terrorista”.

Afirmaciones que ha realizado el titular de la archidiócesis hispalense en la semana en la que se cumplen 25 años de los asesinatos a manos de la banda terrorista ETA del concejal del PP Alberto Jiménez-Becerril y su esposa Ascensión García. Con motivo de esta triste efeméride, Saiz Meneses ofició una Misa funeral en la Catedral por el eterno descanso de ambos.

“Una celebración teñida de dolor, pero también de consuelo y esperanza. Dolor por las vidas humanas truncadas de manera criminal y absolutamente injusta; dolor por unas familias cruelmente golpeadas y heridas para siempre al perder a sus seres queridos de este modo; dolor por una sociedad agredida; dolor por la manifestación terrible y desconcertante de la violencia con unas consecuencias tan alarmantes para nuestra vida personal, nuestra vida social y nuestra convivencia pacífica”, ha expresado el arzobispo en la carta publicada en la web de la archidiócesis de Sevilla.

Para ilustrar el sufrimiento de tantos inocentes, Saiz Meneses ha recurrido a la figura de Job, quien experimentó el misterio del dolor, y que representa a muchas personas justas que sufren en el mundo: “No es extraño que cuando una tragedia como esta nos golpea en lo más profundo del corazón, nos rebelemos de alguna manera y nos preguntemos el porqué, como le pasa a Job. La culpa no es de Dios, ni tampoco nuestra, ni de tantas buenas personas como hay en el mundo”, ha subrayado.

Al hilo de esta idea, el titular de la sede sevillana ha continuado exponiendo que Job “nos ofrece una profunda confesión de fe en Dios, a pesar del sufrimiento. Es nuestro Señor Jesucristo quien ilumina la existencia, también en las circunstancias de dolor y oscuridad. En los evangelios encontramos el relato de su muerte y resurrección. La entrega de Cristo en la cruz hasta la muerte y su resurrección gloriosa constituyen el centro de la Historia, que gracias a Él se convierte en historia de la salvación. Este es el núcleo de nuestra fe, que nos abre un camino de esperanza”, ha sostenido.

Saiz Meneses ha agregado la muerte no es el final, por lo que las lacras sociales como son las guerras, el terrorismo, el hambre o la enfermedad “no representan el horizonte último de la existencia humana; porque nada nos podrá separar del amor de Dios, porque la resurrección de Cristo es principio de vida nueva para la humanidad. En los momentos de dolor, aunque el dolor sea tan fuerte, hemos de dar paso también a la esperanza. La esperanza firme de que no se trata de una separación definitiva, sino del traspaso a la casa del Padre, donde un día también nosotros llegaremos y nos encontraremos con nuestros seres queridos”.

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