María José Tuñón: “La Vida Consagrada está llamada a colaborar en visibilizar la Iglesia en salida”
La directora del secretariado de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada detalla que "debemos sembrar esperanza en medio de tantas periferias"
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“Durante los días 16 y 17 febrero nos hemos reunido más de cuarenta vicarios, delegados y delegadas para la Vida Consagrada de las distintas diócesis españolas y asistentes monásticos, que con su consejo y acompañamiento caminan juntos a las diversas órdenes y monasterios de la Vida Contemplativa”, con estas palabras se ha expresado María José Tuñón, directora del secretariado de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, sobre las Jornadas que han celebrado.
Tuñón explica que “el encuentro comenzó con la invitación a orar juntos, a renovar el deseo de caminar en esperanza, en comunión y participación para la misión, claves sinodales que nos acompañan y nos animan a tomar conciencia de nuestra realidad eclesial, a la que el Papa Francisco nos ha embarcado. Debemos sembrar esperanza en medio de tantas periferias y donde la vida consagrada, está si cabe aún más llamada a caminar humildemente junto a otros y colaborar en visibilizar la Iglesia en salida, la iglesia “hospital de campaña”, que acoge con ternura los dolores del mundo, en medio de tantas desesperanzas”.
“Reemprender los encuentros”
Luis Ángel de las Heras, obispo de León y presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada acompañado de Vicente Jiménez, obispo emérito de Zaragoza, después de su saludo agradecido, y alegrarse de poder “reemprender” los encuentros después de la pandemia presentó las prioridades y acciones en el acompañamiento de las distintas formas de vida consagrada en España. Insistiendo en la necesidad de tomar conciencia de que caminamos juntos, del trabajo en equipo y de la búsqueda conjunta del querer de Dios, en este momento concreto para la Vida Consagrada, y toda la “vida consagrada en sus distintos ámbitos”.
“Un reto que está en nuestras manos”
El Padre Carlos Martínez cmf, compartió recordando que “este momento histórico que vivimos que nos llama a la sinodalidad, no es ninguna moda, es recuperar el ser constitutivo de la iglesia, y la vida consagrada tiene experiencia en sus modelos estructurales, que debe seguir potenciando y renovando. La Iglesia necesita la voz profética y humilde de la vida consagrada, que se visibiliza en lo cotidiano, en complementariedad de carismas. ¡Todo un reto que está en nuestras manos!”.
“Un encuentro rico y comprometedor”
Por último Tuñón ha explicado que fue “un encuentro rico y comprometedor, en definitiva que nos lleva a todos a no dejar “pasar” esta oportunidad de gestar juntos otro talante en nuestras iglesias locales, donde la vida consagrada en complementaridad con todas las vocaciones estamos llamados y llamadas a “hacernos cargo”, como familia de Dios y miembros del Pueblo de Dios, a no ser indiferentes del compromiso de la construcción real de la civilización del amor y la esperanza. Y como reza la oración para la pasada XXVII Jornada de la Vida Consagrada, “no vamos solos, Él nos precede…somos hombres y mujeres de la Pascua, con nuestros límites y debilidades”.