La labor de los voluntarios con los enfermos que sanan más allá de la medicina: Teresa comparte su misión en el Clínico San Carlos de Madrid
Son muchos los pacientes los que no tienen opción de estar con sus familiares en periodos de ingreso, y para ello están los voluntarios y su vocación de entrega a los demás

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Sentirse acompañado mejora el ánimo y la salud. Es algo que está constatado científicamente. Un acompañamiento que se hace más necesario que nunca en momentos difíciles, como es la estancia en un hospital.
Son muchos los pacientes los que no tienen opción de estar con sus familiares en periodos de ingreso, y para ello están los voluntarios y su vocación de entrega a los demás. No solo ofrecen una compañía física como dar la mano, sino también un acompañamiento espiritual que es vital y contribuye a mejorar la salud de esos enfermos.
Una realidad que fue patente durante la pandemia, cuando se limitaba a los capellanes el acompañamiento a los enfermos. Ahora la situación no es tan complicada, pero estos sacerdotes en muchas ocasiones no dan abasto. De ahí la importancia de personas como Teresa, voluntaria del grupo María Auxiliadora en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid. “Ayudamos al capellán en todo lo que haga falta”, ha comentado en 'Ecclesia al día'.
Teresa tiene claro que su vocación como voluntaria es dar cariño a los pacientes: “Somos un grupo que damos amor a la Virgen María, que sepan que no están solos. Administramos la Comunión cuando el capellán tiene muchas unciones o comuniones. Nuestro carisma es dar el amor de Dios y de la Virgen que nunca nos va a dejar solos”, ha explicado en TRECE.
“estar con ellos, escucharles, darles cariño, acompañarles”
La voluntaria de María Auxiliadora ha lamentado que un alto porcentaje de pacientes en los hospitales se encuentran solo: “Muchos son gente mayor que sus hijos están trabajando fuera y agradecen muchísimo el cariño y la visita, que nos ocupemos de ellos”.
Lo importante, asevera Teresa, es “estar con ellos, escucharles, darles cariño, acompañarles”, a lo que se suma “ayudarles a pasear por el pasillo, darles la merienda...”
Cuestionada por la acogida que reciben los voluntarios de los no creyentes, Teresa asegura que también sienten su cariño: “Dejamos actuar a la Virgen María, que sabe qué decir en cada momento y no tenemos nosotros por qué nombrar nada. Me fijo en el libro que están leyendo, si son del Madrid, el pueblo de donde son... Yo conozco muchos pueblos y me puedo abrir a ellos”, ha agregado.