Humildad, dedicación por los pobres y pasión por el anuncio: tres grandes ejemplos de mujeres en la Iglesia

Repasamos la figura de María Ascensión Romero, Jorja Perea y María Clara del Niño Jesús, en 'Ecclesia'

Álvaro González

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A pocos días del Día de la Mujer, en el espacio ‘Ecclesia’ de TRECE (Sábados y Domingos después de la Santa Misa) homenajea y reconoce a tres mujeres que, por distintas razones, han destacado por su historia de fe, su ejemplo inspirador y por despertar la admiración de los católicos. que desde su labor y servicio. Mujeres que, en definitiva, han dejado huella.

La primera de ellas es María Ascensión Romero. Nacida en Ólvega (Soria), es miembro del equipo internacional del Camino Neocatecumenal, junto a al coiniciador de este itinerario de iniciación Cristiana, Kiko Argüello, y el padre Mario Pezzi. Un cargo que desempeña desde enero de 2018, ocupando el lugar de la fallecida Carmen Hernández. Desde su juventud, María Ascensión participaba en las comunidades neocatecumenales, y ejerció también como profesora.

Sin embargo, en la Jornada Mundial de la Juventud de Santiago de Compostela, en 1989, sintió la llamada misionera. Y, dejándolo todo, comenzó una experiencia como itinerante que durante 25 años le llevó por varias de las antiguas repúblicas de la Unión Soviética, en países como Bielorrusia, Kazajistán y Rusia. Desde su responsabilidad actual, representa al Camino Neocatecumenal, que en la actualidad cuenta con más de un millón de fieles, repartidos en más de 21.000 comunidades. Una realidad de la Iglesia que está presente en 135 países, con el compromiso por la evangelización y el anuncio.

Por otro lado, otro de los testimonios desvelados en ‘Ecclesia’ es el de Jorja Perea. Su ejemplo es el de una mujer que vivió con autenticidad su fe desde la sencillez y humildad. Nacida en 1928 en un pequeño pueblo de Toledo, Villanueva de Alcardete, quedó huérfana durante su infancia, aunque su vida estaría plagada de frutos. De su matrimonio con Cándido Avendaño nacerían sus 5 hijos, entre los que se encuentra el actual obispo auxiliar de Getafe, monseñor José María Avendaño.

Su rutina diaria estaba dedicada al trabajo en el campo, el cuidado de su familia, la participación en la parroquia y el amor por la Iglesia; también por la caridad, que expresaba en la oración y la generosidad hacia los demás. Los que la conocieron recuerdan que nunca le negó su ayuda a nadie, y siempre compartió y entregó lo poco que tuvo. Actualmente se encuentra en proceso de beatificación, y una de sus frases más populares dice "habla bien de Dios y haz todo el bien que puedas". Dos consejos que dejan bien claro el gran amor que escondía tras una vida sencilla y anónima.

El último de los ejemplos de este “¿Quién es quién?” entre mujeres católicos, nos lo da la beata María Clara del Niño Jesús, una de las patronas de la próxima JMJ de Lisboa, y cuya historia hace de ella todo un modelo para la juventud. Nacida en Lisboa, vivió en Portugal durante el siglo XIX.

Tras quedar huérfana, se alejó de las raíces aristócratas de su familia, y su llamada a la vocación religiosa le llevó a desarrollar una sensibilidad especial por los pobres de la época. En un tiempo en el que estaba prohibida la creación de nuevas instituciones religiosas, luchó para fundar con éxito la congregación de las Hospitalarias Franciscanas de la Inmaculada Concepción, que la convertiría en “madre” de los indigentes, por toda la atención que les dedicó en su vida. De ella y su testimonio trasciende la frase "¡Donde haya que hacer el bien, que se haga!". Fue beatificada en el año 2011.

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