Un grupo de universitarios decide invertir su tiempo de vacaciones en un trabajo que puede cambiar un pueblo entero

Llegan las vacaciones de verano y aunque este tiempo es sinónimo de desconexión y tiempo libre, siempre hay espacio para darnos a los demás y qué mejor forma que hacerlo a través de un voluntariado. 

Es el plan que llevan a cabo cada verano los alumnos de la Universidad CEU San Pablo. En 'Ecclesia al día', en TRECE, hemos tenido la oportunidad de hablar con uno de ellos, la universitaria Carmen Vera.

"Vamos a Asturias, a la España más vaciada, a Cabrales, para poner en práctica la iniciativa 'Francisco, repara mi Iglesia, ¿no ves que se hunde?'. Vamos allí para llevar labores en las iglesias de la zona y acompañamiento en las residencias de mayores", apuntaba nuestra invitada. 

Hemos aprovechado la oportunidad para preguntar a Carmen qué es lo que le atrapa de realizar un voluntariado de este tipo, es el tercer año que repite: "Es una experiencia diferente cada año, con muchos aprendizajes, pero me quedo con la vida que hemos dado a estas comunidades rurales. 

Los niños que aún viven en esos lugares se sorprendían con vernos allí, al final de esos días, pidieron que el capellán que nos acompañaba esos días que los bautizara en la Iglesia que habíamos reconstruido, vimos un impacto real", explicaba la voluntaria de la universidad CEU San Pablo. 

"Es una experiencia que te cambia por completo, no hace falta irse muy lejos. En nuestra España vaciada necesitamos mucha ayuda, y sobre todo, mucha fe, y creo que es algo que siempre merece la pena", finalizaba Carmen Vera.

La directora de la revista 'Alfa y Omega' y colaboradora del programa, Cristina Sánchez, ha apuntado que esas experiencias, aunque tengan una duración corta,tienen "mucho recorrido" y ha contado el impacto que ha tenido en su vida un voluntariado que realizó ella misma cuando tenía 19 años:

"En Nicaragua fundamos un colegio y un comedor para niños sin recursos con los jesuitas, y es una experiencia que realmente te marca. Aunque parezca que no, y después el régimen de Ortega cerrara el proyecto, el  impacto que tuvo en la sociedad nicaragüense fue enorme, y eso siempre merece la pena".