Ginés García Beltrán: «El Domund es un termómetro de nuestra fe, permite ver si es acomodaticia o misionera»
El obispo de Getafe recuerda que la misión está en el ADN del cristiano, y que todo creyente está llamado por tanto a anunciar a Jesucristo

Ginés García Beltrán: «El Domund es un termómetro de nuestra fe, permite ver si es acomodaticia o misionera»
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«El Domund es un termómetro de nuestra propia fe. Nos ayuda a preguntarnos cómo es esta: si misionera o acomodaticia y comodona. Nos permite ver cómo anda mi corazón misionero, cómo ando yo del anuncio y la propagación de la fe». El obispo de Getafe, Ginés García Beltrán, ha recordado en la Eucaristía que ha presidido en la mañana de este domingo 23 de octubre, en que la Iglesia celebra la Jornada mundial de las Misiones, que «un cristiano es misionero por esencia» —la misión está «en el ADN de la fe», ha dicho— y, por tanto, está llamado a anunciar a Jesucristo.
La celebración en la catedral de Getafe ha contado con la presencia de tres misioneros de la diócesis, los padres Nicasio, Paul Schneider y Antonio Soler, a quienes el obispo ha dado las gracias por su testimonio y labor en América Latina, Etiopía y Mozambique, respectivamente.

«De lo que está lleno el corazón, habla la boca. Y cuando uno tiene el corazón lleno de Dios, habla de Dios. (…) Por eso uno es capaz de hacer las mayores locuras. Por eso los misioneros dejan casa, familia, comodidades… para ir al último lugar del mundo a predicar el Evangelio. No tienen ninguna pretensión económica, política o cultural… Lo único que les mueve es Jesucristo, llevar a Jesucristo, que nadie sea privado del gran don de Jesucristo», ha dicho en su homilía García Beltrán. Y ha añadido: «Cuando uno mira los medios de comunicación y ve cómo entregan su vida los misioneros, cómo tienen que huir, cómo pasan penalidades, se pregunta: ¿Cómo pueden aguantar ahí? Pues no hay más que una respuesta: Jesucristo, por el que uno es capaz de darlo todo».
«Tentación de predicarnos a nosotros mismos»
El obispo de Getafe, pastor anteriormente de la diócesis de Guadix y miembro del Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal, ha pedido a los cristianos que asuman su condición de misioneros, porque —ha dicho— «Cristo no puede ser solo para mí, tengo que anunciarlo a los demás». «Hoy hay misión también en nuestros barrios, en estas grandes ciudades que no conocen a Dios. Todos podemos y tenemos que ser misioneros: en nuestras familias, en el trabajo, en nuestras relaciones humanas… Todos podemos llevar el Evangelio a los demás con nuestras palabras, nuestro ejemplo, nuestro testimonio de vida».
Pero hay que hacerlo, ha advertido, siendo conscientes de que el sujeto de la misión es la Iglesia y de que no podemos predicarnos tampoco a nosotros mismos sino a Jesús. «Este es la tentación en la que podemos caer, la de predicarnos a nosotros mismos. Y entonces la evangelización no da fruto. La evangelización es obra del Espíritu Santo, que es el mueve el corazón de cada uno de nosotros», ha finalizado.