García Magán: "La Iglesia es una realidad que vive en medio del mundo, de la sociedad y de la historia"

El secretario general de la CEE ha admitido que el diálogo con el Gobierno es "fluido y respetuoso" aunque pide que "la sociedad civil participe más a la hora de legislar"

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Si no hubiera ocurrido el triste suceso en Algeciras y que merecía ser el primer tema del encuentro, el secretario general de la CEE, Francisco César García Magán, habría empezado el desayuno informativo en el Hotel Intercontinental de Madrid con una pregunta: “¿Qué pinta un obispo en este contexto?”. García Magán tiene claro que “la Iglesia, que es la que humildemente aquí represento, es una realidad que vive en medio del mundo, de la sociedad y de la historia. No somos un castillo blindado que vive en un mundo ajeno y alienado a la realidad histórica en la que se mueve”.

El obispo auxiliar de Toledo ha recordado como la presencia y la aparición del cristianismo en la historia “significó una novedad que marca un cambio de relación entre el orden de lo temporal y lo espiritual, el orden político y el orden religioso” y ha subrayado como el cardenal Ratzinger, en su “magnífico libro, 'Iglesia, Ecumenismo y Política', la califica como la revolución cristiana de la soberanía”.



“El cristianismo marca, por un lado, esa diferenciación, dando un respeto y una autonomía a cada uno de ellos, pero a la vez integrándolos en una dimensión de diálogo y cooperación. Esta novedad del cristianismo tiene un fundamento muy importante y evidente: un fundamento cristológico, porque Jesucristo, hijo de Dios, se hizo hombre en un espacio-tiempo determinado, en una cultura concreta, y así la historia de la humanidad se entretejió”, ha subrayado García Magán.

El secretario general de la CEE ha añadido además que “Dios ha querido relacionarse con nosotros, no es un dios que vive en el Olimpo como el de los griegos, y por esta razón la Iglesia tiene esa relación fundamental e importante para estar en el mundo y ser en el mundo, en cada periodo de la historia”. Por lo tanto, “la Iglesia, los pastores y los fieles estamos, vivimos, padecemos, sentimos la misma realidad que los demás ciudadanos”.



Relacionado con este discurso, García Magán ha abordado también el tema de la relación de la Iglesia en España con el Gobierno: “Hay trabajos que están abiertos y comisiones que están en negociación con aspectos económicos y fiscales que están llegando a buen término”. No obstante, remarcó que los distintos grupos de trabajo entre Iglesia y Ejecutivo siguen en marcha y que en materia de fiscalidad el estudio está “avanzado”, aunque no quiso decir “más” por “respeto al Gobierno”. “Está en muy buen puerto”, señaló.

Esa relación con el Ejecutivo, remarcó, se basa en el “mandato” que recoge la Constitución en su artículo 16, “para que los poderes del Estado establezcan relaciones con la Iglesia y otras confesiones”. “No hablaría de privilegios”, prosiguió, aunque “es verdad” que esta confesión tiene “un régimen de relación distinto, por los acuerdos tratados internacionales con la Santa Sede”, pero que, “a efectos prácticos, son prácticamente los mismos” que con otras confesiones.

García Magán ha remarcado que sería interesante “ampliar el abanico de relaciones para tratar temas como la educación, la protección a las familias numerosas o a los más desfavorecidos. Y en ese diálogo todos podemos ganar […] en una democracia moderna y abierta hay una participación de la llamada sociedad civil para contar con ellos a la hora de legislar: por eso si se va a legislar sobre educación, qué bueno sería escuchar a los profesores, o si vamos a legislar sobre la familia que bueno sería escucharlas. En ese aspecto se inscribe ese diálogo que yo por lo que he oído en la CEE es fluido y respetuoso”.




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