La Fraternidad del Arca de María llega a la diócesis de Valencia

La Fraternidad del Arca de María llega a la diócesis de Valencia
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Una nueva comunidad de religiosas, la Fraternidad Arca de Maria, se ha instalado en Valencia en el antiguo convento de clausura de Carmelitas Descalzas del Corpus Christi, del siglo XVIII, situado en la calle Guillem de Castro.
La religiosas de la Fraternidad, fundada en el año 2003 en Brasil, llegaron a Valencia hace dos meses, a propuesta del arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro. La comunidad está integrada por seis jóvenes religiosas de edades comprendidas entre 19 y 26 años y nacionalidades brasileña y española.
La Fraternidad Arca de Maria tiene como carisma principal el de la evangelización por medio de la consagración mariana, y desde su llegada a Valencia, las religiosas han centrado sus esfuerzos en evangelizar a los más jóvenes.
"No hay que esperar a que vengan a la Iglesia, hay que ir a por ellos, por eso muchos nos han visto jugar al voleibol en la Malvarrosa y, después de vernos con los hábitos y todo, hemos terminado cenando con ellos en la playa, explicándoles nuestro carisma, y también cantando con ellos e invitándoles a rezar el Rosario", han añadido.
La comunidad de religiosas además, centra su evangelización "haciendo pastoral en la calle, a la que salimos y hablamos con la gente, con jóvenes, con niños y con familias", afirman. Igualmente, "una noche a la semana, los viernes, salimos a la calle para acercarnos a las personas que duermen sin techo y les llevamos café y mantas de abrigo" destacan.
En la actualidad, la "Fraternidad Arca de María" está presente en Paraguay, Portugal, Italia, Austria y también España, a donde llegaron las primeras religiosas en el año 2008. Tienen casas en Elche, Alicante, Orihuela y, ahora, en Valencia. Su carisma también es la evangelización fundamentada en la adoración eucarística y el cuidado de los pobres.
Entre sus actividades también organizan retiros espirituales, encuentros, grupos de oración, charlas, ayuda en las parroquias y formación de grupos de preparación para la consagración, así como acogida y cuidado de los pobres y enfermos.
Por Antonio DIAZ TORTAJADA
Sacerdote-periodista