Fernando Prado pone en el centro a los débiles y asegura que su programa es "vivir el Evangelio"

En su primer mensaje como obispo de San Sebastián, el misionero claretiano pide unidad de los fieles para edificar una Iglesia que haga frente a desafíos y proponga soluciones

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“Tutelar la dignidad de los débiles contribuye a la fraternidad humana y salvaguarda la imagen de Dios impresa en cada persona”. Es el primer mensaje que ha trasladado el nuevo obispo de San Sebastián, Fernando Prado, al pueblo guipuzcoano desde la catedral del Buen Pastor, tras haber recibido la ordenación episcopal. Ante un templo abarrotado, el nuevo titular de la diócesis se ha dirigido por primera vez a los más débiles, a quienes ha transmitido su cercanía.

“Mis primeras palabras son para vosotros, para los que no contáis a los ojos de muchos, para quienes no hacéis historia ni formáis parte de la historia. A veces formáis parte de una crónica de los periódicos, generalmente de la crónica negra. Simplemente a los ojos de Dios sois importantes. Para Él si contáis. Y por ello para mí también”, ha manifestado Prado, quien veinte años antes recibió de esta misma sede la ordenación sacerdotal.

El obispo claretiano ha afirmado que su programa al frente de este ministerio no puede ser otro que el de una Iglesia al servicio del Evangelio: “Vivir el Evangelio, celebrarlo, cultivarlo e intentar proclamarlo sobre todo con la vida. No se puede tener otro programa que querer vivir el Evangelio 'evangélicamente', sosteniendo con nuestra vida lo que dicen nuestras a veces torpes palabras”.

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Por ello, Fernando Prado ha pedido a las instituciones de la sociedad su colaboración en la búsqueda del “bien común” junto a los sacerdotes, religiosos y laicos de la diócesis vasca: “Entre todos formamos esta Iglesia que peregrina en medio de no pocas dificultades. Juntos edificamos la Iglesia y trazaremos retos, sueños y soluciones a muchas cosas. En la comunión y este hacer juntos, está nuestro único futuro. Juntos lo haremos todo y llegaremos muy lejos. Sabemos bien que sin esta unidad difícilmente haremos que el Evangelio que queremos predicar sea creíble”, ha advertido.

En su intervención, el titular de la diócesis de San Sebastián ha asegurado sentir la oración y cercanía de su pueblo. Tanto es así que ha confesado “abrumado y bendecido”, pero confiado en poder corresponder “tanto cariño como recibo”.

“Siento hoy especialmente esto que el Papa Francisco llama el gozo de sentirse pueblo. Con vosotros pueblo soy. Este es mi lugar, mi referencia y mi ubicación fundamental”, ha añadido.

Prado se ha retrotraído hace dos décadas, cuando en San Sebastián fue ordenado sacerdote. Veinte años después, ha afirmado que vuelve “más maduro y algo más hecho, pero con toda la fuerza y la ilusión del amor primero”.

Su prioridad, ha insistido, es ser “vuestro pastor, vuestro padre, vuestro hermano y vuestro amigo”, especialmente para los que menos cuentan o están alejados de la comunidad cristiana, “pero que nunca estarán lejos del corazón de Dios”.

Asimismo, ha pedido al Señor la gracia de “no ser un estorbo, sino la gracia de ser un instrumento. Como he dicho estos días, he acogido esta encomienda con cierto vértigo pero con la confianza en Dios y en vosotros. Vengo a la diócesis con grandísima alegría e inmensa tranquilidad, pues sé de buena tinta que lo bueno aquí abunda”, ha recalcado.

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