Los colegios diocesanos reclaman más financiación pública: "No recibimos los fondos suficientes del Estado para llevar a cabo nuestra labor"

Monseñor Alfonso Carrasco defiende que la educación católica debe garantizar espacios donde las familias eduquen a sus hijos "en el horizonte de su verdadera vida"

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Redacción Religión

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Los colegios diocesanos se han reunido en Toledo para celebrar un encuentro centrado en su identidad, gestión y proyecto pedagógico. El objetivo ha sido profundizar en los desafíos actuales que afrontan estos centros y en las claves que guiarán su labor. En este contexto, el presidente de la Comisión Episcopal para la Educación y la Cultura, monseñor Alfonso Carrasco Rouco, ha explicado en el programa 'Ecclesia al día' de TRECE las prioridades del sector.

El primer reto es existir

Para Carrasco Rouco, lo más importante es la presencia misma de la educación católica como una oferta para la sociedad. "El primer desafío es estar, hacer posible de verdad a las familias el acudir a un lugar en el que puedan confiar a sus hijos, sabiendo que se les va a educar en el horizonte de su verdadera vida", ha afirmado. El obispo de Lugo ha insistido en que este es el principal reto: garantizar la existencia de centros donde la educación se imparte con "cariño", "cuidado" y una "pasión compartida" entre la escuela y las familias.

Asimismo, ha puesto en valor la "riqueza recibida de nuestros mayores" en forma de una amplia y variada tradición educativa en España. Según el monseñor, existen muchas "experiencias muy ricas y muy buenas" que necesitan ser visibilizadas y reflexionadas para "poder decirlas en voz alta, para abrir caminos nuevos, para enfrentarse a desafíos que van apareciendo en la vida de la sociedad".

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Identidad frente a los nuevos desafíos

El encuentro ha servido para abordar los retos que plantea el contexto social actual, marcado por la secularización, el vacío existencial que sienten muchos jóvenes o la irrupción de la inteligencia artificial y las nuevas formas de relacionarse a través de las redes sociales. Frente a ello, la Iglesia busca ofrecer un humanismo cristiano que dé respuesta a las inquietudes de los alumnos y les ofrezca "un camino de sentido para su vida".

Otro de los grandes desafíos es la viabilidad económica de los centros. Desde el sector se señala que los centros concertados "no reciben los fondos suficientes del Estado que deberían para poder llevar a cabo su labor". Esta situación obliga a los colegios a asumir costes para garantizar el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos.

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La clase de Religión como signo de libertad

Monseñor Carrasco también ha defendido el "inmenso valor" de la clase de Religión en la escuela pública, cuya importancia, afirma, se refleja en las "contradicciones y objeciones" que genera. "Nadie se pone a discutir de cosas que no tengan importancia", ha subrayado. Para el prelado, esta asignatura es "el signo de la verdadera libertad de enseñanza", ya que valora a las personas en sus dimensiones más singulares y en su patrimonio religioso y moral.

Finalmente, ha apuntado que la escuela pública "podría mirar con mucho más aprecio" esta materia, considerándola una señal del camino a seguir ante retos futuros como la multiculturalidad y la presencia de diversas tradiciones religiosas en las aulas. No se puede, ha concluido, "dejar de mirar al niño con toda su potencialidad como persona a la hora de educarlo".

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.

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