La CEE rechaza la Ley de Memoria Democrática: "Reescribe la historia y enmienda acuerdos de la Transición"

La Conferencia Episcopal ha defendido que la Cruz del Valle de los Caidos es un “signo de reconciliación” que debe permanecer en el lugar

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La Conferencia Episcopal Española califica de “anacrónica” la intención del Gobierno de convertir el Valle de los Caídos en un cementerio civil, tal y como se recoge en el anteproyecto de Ley de Memoria Democrática: “En la actualidad, los cementerios parroquiales acogen a todos los que quieren ser enterrados, creyentes y no creyentes, personas que tienen una comprensión de la vida de una forma u otra".

Postura de la Iglesia española a la que ha puesto voz el Secretario General del organismo episcopal, Mons. Luis Argüello, quien ha manifestado que la cruz que preside este espacio es un “signo de reconciliación”.

Siguiendo con este argumento, el portavoz de la CEE afirma que, al tratarse de un lugar resignificado y que “acoge las diversas perspectivas de la vida”, es necesaria la continuidad de una basílica pontificia “en la que se ore por el eterno descanso de los difuntos, para que la celebración de la Eucaristía sea una referencia de esperanza para aquellos que quieren consolar su dolor y avivar su esperanza”, subraya Mons. Argüello, que de esta manera ha defendido la permanencia en el Valle de los Caídos de la comunidad benedictina: “Si hay cruz y basílica, tiene que haber una comunidad que mantenga el culto”.



Por otro lado, el obispo auxiliar de Valladolid ha mostrado su preocupación por algunos aspectos que recoge la Ley de Memoria Democrática, ya que alerta que persigue “escribir una especie de historia oficial y que quiera luego hacerse pauta educativa".

A juicio del Secretario General de la CEE, esta Ley de Memoria Democrática constituye también “una enmienda de algunos acuerdos de la Transición Española”, y ha contrapuesto el talante de reconcialización de aquellos años respecto a la actualidad.

“En los años setenta yo estaba cercano a una organización que era la Junta Democrática, encabezada por el Partido Comunista, y que gritaba por las calles amnistía y reconciliación. El corazón de la propuesta era la reconciliación, mirar hacia adelante”, recuerda Don Luis Argüello.

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