Alexandra se vio en la calle por negarse a abortar: "Mi expareja me daba pastillas para que perdiera al bebé"

Sin techo y con dos hijas: en esas condiciones la joven ecuatoriana abandonó a su expareja ante el acoso que sufría para abortar: el Proyecto Ángel le ayudó a salir adelante

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Alexandra se vio en la calle por negarse a abortar: "Mi expareja me daba pastillas para que perdiera al bebé"

José Melero Campos

Publicado el - Actualizado

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Alexandra es ecuatoriana. Tiene 36 años. Llegó a España con quince. Tiene tres hijas, dos de ellas adolescentes y una tercera de tres años, aunque de distinto padre. Cuando se quedó embarazada de Paula, su ya expareja la presionaba para que abortara. Sin embargo ella decidió seguir adelante con la ayuda de su familia y del Proyecto Ángel de la archidiócesis de Granada.

No solo se mantuvo firme en su decisión de tener a su hija, sino que en aquellos momentos tan delicados, retomó su relación con el padre de las hijas mayores. Hoy conviven los cinco juntos, y con la idea de contraer matrimonio.

“Cuando me quedé embarazada de Paula pensé que había encontrado el amor de mi vida” ha relatado en ECCESIA Alexandra. Pero todo se truncó a las siete semanas de embarazo, cuando el padre de la criatura le advirtió que no quería tener al bebé. Desde aquel momento, el acoso fue constante para que interrumpiera voluntariamente el proceso de gestación: “Todos los días me obligaba a abortar. Me hacía tomar medicinas naturales para abortar. Fue muy traumático y doloroso, porque se convirtió en otra persona”, ha recordado.

En aquel clima de tensión y acoso, para Alexandra fue balsámica la aparición de la doctora del barrio granadino donde vivía, en Cenes de la Vega: “La doctora conocía al Proyecto Ángel que ayuda a mujeres embarazadas para que no aborten y sigan adelante. Me facilitó el contacto y me ayudaron a sostenerme en mi idea de seguir adelante”.

“Me vi en la calle con mis hijas y sin trabajo. Me apoyé en el Proyecto Ángel"

Mientras tanto, la expareja de Alexandra rezaba “a su Dios” para que perdiera a su bebé. Ante tanta presión, la joven dio el paso de abandonar la vivienda donde convivía con él y sus dos hijas mayores: “Por una persona que no quiere algo que es de Dios, no voy a abortar para hacerle feliz. Yo soñé una noche con Paula como una niña de quince años, la veía blanquita, con los ojos azules y pelo largo. En el sueño no me decía nada, pero me pedía que la tuviera, que me quería”.

Aquel sueño sirvió de impulso para que la ecuatoriana abandonara a su expareja: “Me vi en la calle con mis hijas y sin trabajo. Me apoyé mucho en el Proyecto Ángel y en mi familia”.

“En el Proyecto Ángel no me apoyaron económicamente porque tenía a mi familia, pero sí que me tuvieron presentes en sus oraciones, me visitaban... Tres años después mantengo contacto con ellas. Concha, que pertenece al proyecto, es madrina de mi niña”, ha precisado.

Paula nació en plena pandemia pero en buenas condiciones. La pequeña no conoce a su padre biológico, pero quiere a la pareja de su madre como si lo fuera: “Le llama papá”, asegura.

El consejo de Alexandra a embarazadas con dificultades: "Que tengan a su bebé”.

A Alexandra le preocupa cómo revelará a Paula lo sucedido con su padre biológico: “Tengo cierto miedo a no saber cómo contárselo porque la niña es feliz, es preciosa y me da miedo a hacerle daño y romperle sus ilusiones de vida”, ha confesado en ECCLESIA.

Alexandra tuvo la suerte de toparse en su camino con personas que la apoyaban en su decisión de no abortar. Por desgracia, otras muchas mujeres no encuentran esa mano amiga, lo que las lleva a abortar. La ecuatoriana aconseja a quienes atraviesan por ese momento de dificultad que siempre sigan adelante con la gestación: “Dios siempre te ayuda, te va a dar esa economía que no tienes. Te vendrán bendiciones, aparecerán personas que te quieren apoyar. Les aconsejaría que tengan a su bebé”.

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