La realidad de Los Pajaritos, el barrio sevillano donde el Gran Poder es un vecino más: "Hay tiroteos diarios"

Desde el 16 de octubre y hasta el 5 de noviembre, el Señor de Sevilla convive en el barrio sevillano donde el desempleo, la analfabetización y las drogas están a la orden del día

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Los Pajaritos, uno de los barrios más pobres de Sevilla, ha recuperado su lugar en el mapa gracias al Gran Poder, que desde el 16 de octubre y hasta el 5 de noviembre permanecerá en tres parroquias de la zona.

Este sábado concluirá su estancia en Blanca Paloma para desplazarse en andas hasta La Candelaria. Sus 20.000 vecinos han acogido con los brazos abiertos a una de las imágenes más queridas de la capital hispalense. Pero ls fuerzas vivas del barrio advierten que su presencia debe constituir un punto de inflexión para que, a partir de ahora, las administraciones trabajen por solucionar los déficit de un barrio marcado por el desempleo, el tráfico de drogas y la pobreza.

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SEVILLA, 16/10/2021,- La imagen llevada en andas de Jesús del Gran Poder durante su recorrido de diez horas y casi siete kilómetros por las calles de Sevilla este sábado, en una salida extraordinaria cuando se cumplen 400 años de la hechura de la imagen del Señor, que devuelve a la ciudad un recorrido procesional por primera vez en año y medio, con miles de personas en las calles con mascarilla, en lo que puede ser un preludio de la Semana Santa de 2022. EFE/Julio Muñoz

Desde hace dos décadas, la 'Plataforma vecinal Tres Barrios' reivindica un plan integral para Los Pajaritos pero que navega entre los cajones de los despachos, como lamenta en Aleluya su presidente, Fernando de Armas.

“Se trabajó con las administraciones en este plan durante dos años, pero quedó en nada porque la Junta de Andalucía no lo aprobó y el Ayuntamiento no registra partidas presupuestarias de calibre para solucionarlo. Cuando nos reunimos con ellos nos cuentan los mismos planes de siempre”.

Los años van pasando y, problemas como el desempleo, la analfabetización, los pisos tomados por traficantes de droga o el deterioro del mobiliario público, están enquistados. Rosario es una de ellas. A sus 45 años, regresó de Madrid con sus dos hijos adolescentes a Los Pajaritos, su barrio de toda la vida, para huir de los malos tratos.

Reconoce que no le gusta la realidad de su barrio, pero no le queda otra. Actualmente puede afrontar el pago de su alquiler gracias a Cáritas: “Mi vida es muy complicada. No tengo trabajo y no recibo ayudas de nadie, más que de la Iglesia. Vivir en este barrio implica aguantar muchas miserias y abusos. Aquí todos los días hay tiroteos”, lamenta.

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Se estima que la ONG de la Iglesia ayuda cada más a unos 800 vecinos de Los Pajaritos. Lo hacen repartiendo material escolar, alimentos, productos de higiene o ayudas al alquiler: “Tenemos diferentes grupos de acogida para inmigrantes, mayores, jóvenes, de empleo, alfabetización...”, explica la responsable de Cáritas en la parroquia Blanca Paloma, Loli García, quien asegura que son parches ante la ausencia de las administraciones.

“Tenemos muchas promesas pero a la hora de la verdad, pocas. Ahora el Ayuntamiento se ha volcado mucho porque ha venido el Gran Poder y han arreglado muchas calles, podado árboles, están limpiando mucho.... Hay mucha policía y más control. A la gente le llama la atención de por qué no se ha hecho antes”. La venta ambulante o la chatarrería son los medios para ganar unos euros entre muchas familias, pero otras viven de la droga, siendo el factor que más deteriora el ambiente del barrio sevillano.

“El problema es que familias que controlan el tráfico de droga se instalan aquí, empiezan a ocupar pisos para la venta y consumo de marihuana. Los Pajaritos es el mayor mercado de Sevilla, y esto deteriora el ambiente social, sobre todo entre chavales jóvenes”, explica Fernando de Armas. Así las cosas, los ajustes de cuenta y los tiroteos que revelaba Rosario están a la orden del día en el interior y en los aledaños de los edificios tomados por los traficantes.

Por ello, ella trata que sus hijos de once y 16 años no mantengan relación con gente del barrio: “No quiero que se junten con nadie de aquí ni yo quiero amistad con nadie. A los vecinos les saludamos pero cada uno en su casa”.

Y es que Rosario ha vivido episodios violentos en los últimos meses. El pasado mes de diciembre fue expulsada de su piso de alquiler por algunos de sus vecinos que se apropiaron del inmueble para habilitar una plantación de marihuana.

“Fue el 18 de diciembre, que estaba de alquiler en otro piso y me echaron unos gitanos de buenas a primera para la droga.. Estuve un mes en casa de varios amigos. Cáritas menos mal que me buscó un un piso de alquiler y me lo están pagando, pero yo lo que necesito es trabajar para sacar a mis hijos adelante”, reclama la vecina de Los Pajaritos.

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En este contexto, el Gran Poder llegó el 16 de octubre a uno de los barrios más pobres de Sevilla, para llevar esperanza entre sus vecinos, y que se ha reflejado en la parroquia de Blanca Paloma, donde hasta el 23 de octubre permanecerá la imagen que procesiona cada Jueves Santo. Su párroco, Francisco José Ortiz, manifestaba que están siendo “días de gozo y alegría, de entusiasmo por ver a la gente de nuestro barrio contenta y feliz, porque ven que su parroquia por unos días es el centro de todas las miradas en Sevilla”.

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SEVILLA, 16/10/2021,- La imagen llevada en andas de Jesús del Gran Poder durante su recorrido de diez horas y casi siete kilómetros por las calles de Sevilla este sábado, en una salida extraordinaria cuando se cumplen 400 años de la hechura de la imagen del Señor, que devuelve a la ciudad un recorrido procesional por primera vez en año y medio, con miles de personas en las calles con mascarilla, en lo que puede ser un preludio de la Semana Santa de 2022. EFE/Julio Muñoz

Desde las ocho de la mañana y hasta las nueve de la noche, que es el horario de apertura del templo, el interior está desbordado. Tanto es así que, a las cuatro Misas diarias que se celebran en Blanca Paloma, se suman las solicitudes de otros sacerdotes para celebrar la Eucaristía junto al Gran Poder.

“Está siendo algo que nos desborda porque esperábamos gente pero está todo el día lleno de gente que viene a ver el Señor, a participar de los sacramentos... es un acontecimiento único”. El sacerdote añade que, para los vecinos de Los Pajaritos, implica “sentirse apoyados y arropados por tanta gente que no se ha sentido nunca querida, y ahora son protagonistas”.

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