'El Pelé': el primer beato gitano que fue asesinado en 1936 tratando de evitar una paliza a un sacerdote

Ceferino Giménez era querido por su bondad. Fue víctima del odio a la fe que imperaba en la España de los años treinta. La Archidiócesis de Madrid recuerda su figura este viernes

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“No es un ladrón, es San Ceferino, patrón de los gitanos”. Así defendió el abogado de 'El Pelé' a su cliente en un juicio donde el primer beato de etnia gitana fue acusado de robo y encarcelado de manera injusta.

Porque, efectivamente, Ceferino Giménez Malla ('El Pelé') no era un ladrón, sino un beato que fue asesinado el 9 de agosto de 1936, apenas un mes más tarde del estallido de la Guerra Civil Española cuando trataba de evitar la paliza que un grupo de milicianos republicanos estaba propinando a un sacerdote.

La actitud de Ceferino no gustó a los agresores, que además vieron cómo el gitano llevaba consigo un rosario, siendo motivo más que suficiente ( en aquella España) para tomarle preso y luego condenarle a muerte.

'El Pelé' murió fusilado en el cementerio de Barbastro con el rosario en su mano. Lejos de sentir miedo, no dudó en proclamar su fe a los cuatro vientos bajo el grito “¡Viva Cristo Rey!”.

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Fue beatificado por el Papa Juan Pablo II el 4 de mayo 1997, convirtiéndose en el primer gitano mártir en ser elevado a los altares. Unos 3.000 gitanos procedentes de Europa y Asia asistieron a la beatificación. Actualmente, se encuentra en proceso de canonización.

"También en Barbastro, el gitano Ceferino Giménez Malla, conocido como El Pelé, murió por la fe en la que había vivido. Su vida muestra cómo Cristo está presente en los diversos pueblos y razas y que todos están llamados a la santidad, la cual se alcanza guardando los mandamientos y permaneciendo en su amor", manifestaba el Pontífice polaco en aquella homilía

'El Pelé', un hombre entregado a los demás

Ceferino Giménez nació en la localidad de Fraga, en Huesca, en el año 1861. Perteneció a la Tercera Orden de San Francisco, donde ingresó ya como adulto, en 1902. Antes de su conversión al catolicismo, se dedicaba a cuidar de los caballos y a la confección de las cestas que luego vendía.

Contrajo matrimonio con su prima hermana, Teresa Giménez, en un primer momento al estilo gitano, aunque años más tarde lo regulaziró por el rito católico.

Su bondad y su profunda fe le dieron fama de hombre caritativo y piadoso. Participaba con frecuencia en la catequesis de niños y asistía a enfermos y pobres, lo que le hizo ser una persona muy querida entre gitanos y payos.

Eran muchas las familias que recurrían a 'El Pelé' para solucionar sus problemas. El dinero que ganó después como tratante en la compraventa de mulas por las ferias de la región, lo ponía en no pocas ocasiones a disposición de los más pobres.

Pasó su vida hasta entre las misas diarias, el rezo cotidiano del santo rosario y su dedicación por la catequesis de los niños, a quienes contaba pasajes de la Biblia y les enseñaba las oraciones y el respeto a la naturaleza.

La Archidiócesis de Madrid homenaje a 'El Pelé'

Este viernes, de noviembre, la Pastoral Gitana de Madrid organiza un concierto y oración en memoria de Ceferino Giménez Malla. El acto, que se desarrollará en la parroquia Nuestra Señora de las Victorias (Azucenas, 34) a partir de las 20.30h, será presentado por el obispo auxiliar de Madrid, Mons. Juan Antonio Martínez Camino.

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