La emoción de entrar en la Plaza del Obradoiro y ver la Catedral de Santiago: "Es llegar y derrumbarte"
Después de 780 kilómetros y un mes de viaje, nuestro peregrino llega a la Plaza del Obradoiro después de tantos pasos y kilómetros
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En el episodio de este jueves de 'Diario de un peregrino', nuestro peregrino, Javier Escartín, ha llegado por fin a Santiago de Compostela. En la trigésimotercera y última etapa ha salido de O Pedrouzo y ha llegado a Santiago de Compostela, en una etapa final de algo más de 19 kilómetros.
Después de 780 kilómetros y un mes de viaje, nuestro peregrino llega a la Plaza del Obradoiro después de tantos pasos y kilómetros. En la plaza tiene la oportunidad de hablar con muchos peregrinos. Entre ellos se encuentra con unos voluntarios de la Orden de Malta que portan en peculiares sillas Joëlette a peregrinos con alguna discapacidad para acercar a ellos la experiencia del Camino. La Orden de Malta se creó en el siglo XI para dar asistencia a los enfermos y a los más necesitados y ha estado siempre vinculada al Camino de Santiago.
"Es llegar y derrumbarte por ver el esfuerzo que han hecho ellos"
“Estamos intentando hacerlo todos los años, desde el 2018, y aquí vamos con peregrinos en silla de rueda. Es complicado, curioso, entretenido. Llevamos unas sillas especiales que se llaman joëlette y que tienen una sola rueda y va tirada por cuatro voluntarios” le dice a Javier una de las voluntarias.
Una de las chicas, tras un accidente, llegó a pensar que no iba a poder hacer el Camino durante toda su vida pero ahora se encuentra en la Plaza del Obraidoro junto al resto de sus compañeros: “Es llegar y derrumbarte por ver el esfuerzo que han hecho ellos y ver todo lo que se sufre hoy en día. Para mi es una emoción enorme porque mi madre, desde el cielo, me da mucho animo”.
“Es un derrumbe de lágrimas, de desahogo, me parece a mí la mejor manera de llorar y estar ante el apóstol Santiago” admite esta chica a Javier.
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"El año que viene vuelvo"
La joven confiesa que ha tenido mucho apoyo “de todos, se crea una familia. Mi intención era haberlo hecho antes del accidente y cuando lo tuve llegué a pensar que ya no podía hacerlo. Pero descubrí que había otras opciones y no dudé un momento. El año que viene vuelvo”.
Nuestro peregrino, Javier Escartín, como en cada episodio de este maravillos viaje nos regala una reflexió: "Y de repente, Santiago, las largas caminatas, los tempranos despertares, la pesada mochila que has llevado a tus espaldas durante cientos de kilómetros. Todo, en un momento, queda olvidado. La catedral de Santiago te recibe imponente, majestuosa, y de forma rápida uno borra de un plumazo los momentos más difíciles del Camino y en la cabeza solo se arremolinan los bellos recuerdos de un peregrinaje que te cambia para siempre, de la satisfacción por haber llegado a la meta. Ante la catedral, sumergido de emociones, eres feliz".
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