La historia del párroco que no tuvo ningún caso de covid-19 en sus pueblos: "Que alegría volver a ver a todos"

Cope.es ha hablado con Padre Javier, el párroco de estos dos pueblos de Andalucía, que estuvieron todo el confinamiento sin ningún caso de coronavirus

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Durante los meses de confinamiento, toda España ha vivido encerrada en sus casas debido al alto numero de contagios que no paraba de subir. Sin embargo, en dos pueblos muy pequeños de Andalucía, Zahara de la Sierra y El Gastor, vivieron el confinamiento sin tener ningún caso. Un confinamiento especial que nos ha contado hoy, en Cope.es, su párroco, Padre Javier. Los pueblos de Zahara de la Sierra y El Gastor vivieron esos meses en confinamiento, pero sin casos.

Padre Javier nos ha empezado contando un poco el contexto de estos dos pueblos "muy familiares que han vivido el confinamiento como si estuviesen realmente todo el pueblo junto luchando contra el coronavirus. Se veían las ganas de verse, de abrazarse, pero siempre han respetado todas las medidas de seguridad contra la covid-19".

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Los meses de confinamiento

Como es normal en estos pueblos viven muchas personas mayores y Padre Javier nos ha contado que han estado pendiente de ellas "junto al Ayuntamiento llevándole la comida, llamándolos todos los días. La soledad es muy dura y si encima estamos confinados peor todavía. Hemos estado siempre pendiente de estas personas".

El párroco nos ha explicado todas las medidas de seguridad que el Ayuntamiento decidió para esos meses: desinfección de las calles, control de entradas y salidas. Sin embargo Padre Javier también tiene unas palabras para una persona muy importante: "Ha sido toda una alegría que la Virgen de los Dolores y la Virgen del Rosario nos hayan protegido durante estos meses y los vecinos han sentido su protección en estos momentos. Sobre todo, la esperanza de poder seguir luchando".

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La vida de Padre Javier en los dos pueblos de Andalucía

La vuelta a las actividades

También la vida del párroco cambió radicalmente durante esos meses: "Decidí confinarme en la casa del Gastor y en realidad no hemos parado ninguna actividad durante el estado de alarma siempre respetando todas las medidas. Continuaba haciendo responsos en el cementerio, hemos seguido haciendo misa. Creo que los sacerdotes hemos sabido reinventarnos utilizando las redes sociales para que la gente pudiera seguir la misa e incluso mandando catequesis online a los niños"

Sobre la vuelta a las actividades nos dice que "hemos recibido a la gente con muchas medidas de seguridad, desinfección de los bancos, mascarillas. Y ahora volvemos a las catequesis con los niños y aunque no tengo muchos, ya hemos repartido las horas para que no se crucen. Dentro de la clase tienen suficiente espacio para estar dentro todos. No hay que tener miedo porque el Señor está con nosotros y los niños lo han entendido perfectamente".

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La vuelta a las actividades

Los momentos más especiales

Lo que sí ha notado el párroco es la alegría de los fieles "muy contentos de volver a misa, con mucho respeto y con una fe incluso más fuerte en determinadas personas y con más esperanza".

Si tuviera que elegir los momentos más emotivos durante estos meses el párroco elegiría dos: "Cuando salí a dar la primera Misa después del confinamiento y la vi llena después de tantos meses me empecé a reír de alegría, volver a reunirnos en la Iglesia era muy especial para mi. Y el otro momento muy emotivo ha sido cuando ya pude, a una mujer mayor de 93 años, que semanalmente recibe la comunión, volver a ir a su casa. La primera vez que fuimos nos hizo una fiesta y en ella vi el deseo de tener el Señor siempre presente en su día a día".

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Los momentos más especiales después del confinamiento

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