La lucha contra la despoblación y una 'economía con alma': las aportaciones de la Iglesia en el mundo de hoy

Omella asegura que el Evangelio es la mejor propuesta en un mundo marcado por la incertidumbre: "Una esperanza que nos permite caminar hacia la felicidad plena que no tenemos aquí"

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Anunciar el Evangelio con esperanza y caminar juntos. Son las dos grandes aportaciones que puede realizar la Iglesia ante un contexto de incertidumbre, guerras o desigualdades sociales que acrecienta el encarecimiento de la vida o la crisis energética.

Así lo ha expresado el presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Juan José Omella, durante su discurso que da inicio a la Asamblea Plenaria en la que los obispos elegirán a su próximo secretario general.

Para el máximo responsable del episcopado español, el Evangelio cobra más sentido que nunca en estos tiempos, ya que Jesucristo ofrece una esperanza que nos permite “caminar hacia la felicidad plena que no tenemos aquí, pero que tendremos allí, en el Cielo”.

En este sentido, recuerda el también arzobispo de Barcelona que esa esperanza no debe depositarse en los bienes materiales o en las personas, sino que “la esperanza que no defrauda nace de un encuentro con Jesucristo, crece en la medida que confiamos en él y acogemos en nuestras vidas la promesa que nos ha hecho: la muerte, el sufrimiento, la fractura humana y social no tienen la última palabra”, ha expresado.

Despoblación y una economía con alma: dos prioridades para la Iglesia

El presidente de la CEE ha enumerado algunas de las propuestas que está desarrollando la Iglesia para dar esperanza a la ciudadanía y contribuir al bienestar del mundo en el que vivimos. En este sentido, ha reivindicado la labor de las instituciones eclesiásticas para paliar los efectos de la España vaciada o la búsqueda de una “economía con alma”.

“El departamento de Migraciones de la CEE promovió el año pasado la creación de una Mesa del Mundo Rural con el objetivo de conectar a familias que quieren realizar su proyecto de vida en el ámbito rural con las asociaciones o proyectos que, junto con los ayuntamientos y otras administraciones públicas o privadas, promueven la inclusión y revitalización de pueblos en la España rural. Entre las asociaciones que forman parte de esta Mesa del Mundo Rural está 'Pueblos con Futuro', cuya misión es facilitar la integración de familias vulnerables a la vez que se impulsa la revitalización de los pueblos, aprovechando las oportunidades que estos ofrecen”, ha explicado.

Sobre los avances hacia una 'economía con alma', el arzobispo de Barcelona ha hecho alusión al mensaje del Papa Francisco, en el que vinculaba la protección del medio ambiente con la justicia para los más pobres y la búsqueda de una economía mundial que pone a la persona en el centro: “El mundo no se cambia en un día, pero el Papa nos está enseñando que, para llevar a cabo su transformación, es necesario iniciar procesos en los que participen el mayor número de actores implicados”, ha asegurado el presidente del episcopado español.

Asimismo, el cardenal Omella ha agregado que en un contexto de “profunda crisis” y de una “sociedad cambiada y cambiante”, los agentes pastorales también se ven afectados, por lo que ha abogado por trabajar desde la Iglesia con los laicos para que descubran su identidad y misión, así como a los sacerdotes.

“Observamos con profundo gozo cómo nuevas iniciativas de evangelización, promovidas por los laicos en comunión con sus pastores, están ayudando tanto a los mismos laicos como a los ministros ordenados a redescubrir lo que les es propio y a incrementar la acción coordinada y sinodal entre todos”, afirma.

Omella, sobre el Sínodo: “El objetivo es revitalizar a la propia Iglesia”

Por otro lado, ha recordado el camino sinodal en el que se encuentra inmersa la Iglesia con el fin de que sea “más participativa, misionera y en comunión”. Omella ha elogiado el trabajo realizado por las diócesis españolas, de la que “han surgido interesantes propuestas y reflexiones incorporadas al documento final”.

Para el presidente de la CEE, en este proceso se “han generado y fortalecido los espacios de diálogo y de escucha mutua, que era el objetivo prioritario de esta primera fase”. Un espacio, ha añadido, alejado de “posicionamientos ideológicos o doctrinales”, ya que el objetivo principal es “revitalizar a la propia Iglesia, fortaleciéndola en su comunión y dinamizándola para la misión”, ha subrayado.

Ahora que da comienzo la fase continental de este proceso sinodal, Omella reconoce el alejamiento de Dios que afecta a Europa, ante la cual el arzobispo de Barcelona pide que no haya “pasividad ni resignación”, por lo que demanda ir más allá de retoques organizativos para solucionarlo: “El cambio que busca generar el Sínodo es más profundo, pretende recuperar el primado de la evangelización”, ha sostenido.

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