Las Javieradas: Miles de personas tras las huellas de un santo

Cada año miles de personas peregrinan a Navarra para visitar el castillo de Javier, lugar de nacimiento de San Francisco

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Saco de dormir, esterilla, comida para el fin de semana y ropa de abrigo. Cientos de miles de personas se preparan cada año para hacer la Javierada en el mes de marzo. No importa el lugar de España, los kilómetros que haya que recorrer, las agujetas, las ampollas, el tiempo o el barro. Miles de jóvenes y personas de todas las edades, lo dejan todo para peregrinar al castillo de Javier en Navarra.

Cada año desde 1940, miles de personas caminan hasta el castillo de Javier -el lugar de nacimiento del misionero jesuita San Francisco Javier- durante dos fines de semana de marzo. Las famosas 'javieradas' coinciden con los viernes y sábados de la novena de la gracia y peregrinos de toda España se dan cita en Navarra para terminar con una misa en la explanada frente al castillo.

Colegios, jóvenes, parroquias, movimientos y personas de todos los lugares y edades caminan -cada uno con su recorrido establecido- disfrutando de los preciosos paisajes de Navarra, en una experiencia donde se junta todo: amigos, reflexión personal, naturaleza y encuentro con Dios.

San Francisco Javier

San Franciso de Javier fue un noble navarro, que nació a principios del siglo XVI en el seno de una familia que gozaba de un estátus privilegiado. Solo con poder ver el lugar donde vivían, uno puede hacerse una idea de cómo vivía este santo español que es también patrono de los misioneros.

Él, que gozaba de todos los privilegios, comodidades y riquezas que uno pueda imagiinar, conoce a San Ignacio de Loyola durante sus estudios, y su vida cambia radicalmente. De tenerlo todo, pasa a dejarlo todo y partir en un barco hacia la India, sin saber si iba a volver.

Una aventura de esas características solo puede ir precedida de un evento extraordinario: su conversión. Conocer a Dios le hace desear con mayor fuerza que todo el mundo pueda conocerle. Poreso, después de ingresar en las filas de los jesuitas, parte desde portugal hacia la India para compartir con las personas de ese lugar, aquello que le había cambiado la vida.

En esta misión pierde la vida, no sin antes haber sembrado una semilla de fe en el lugar más difícil del mundo. Cinco siglos después, su huella permanece en la India y también en España, donde cada año, cientos de miles de personas se congregan entonro a su lugar de origen para recordar su vida y ejemplo.

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