"Con los niños de América hablamos de Jesús"

Mons. Gerardo Melgar Queridos diocesanos:

Con el lema "Con los niños de América? hablamos de Jesús" se celebra este año la Jornada de la Infancia Misionera, destinada a concienciar a los niños de lo mucho que pueden hacer para que el mensaje salvador de Cristo llegue a todos los hombres.

Si bien la ?Infancia Misionera? es una Jornada misionera destinada a los niños, de ella hemos de ser también protagonistas los adultos pues es de nuestra mano, observando nuestra vida y con nuestra enseñanza como los más pequeños pueden descubrir la importancia de tener un corazón misionero.

Tener un corazón misionero implica varios compromisos: en primer lugar, el compromiso personal, de nuestra propia fe, de conocer cada día más a Jesucristo para quererle como lo más importante de nuestra vida; igualmente, el compromiso de hablar de Él a los demás, de darlo a conocer y anunciarlo en medio de este mundo en el que Dios nos ha regalado vivir.

Somos los adultos, indudablemente, los que tenemos que mostrar a los niños con nuestra propia vida, con nuestro estilo de vivir, que Cristo es realmente importante para nosotros y que, de veras, estamos interesados en hacer de Él el centro de nuestra existencia. Somos nosotros, las personas adultas, quienes tenemos que persuadirles de que nos preocupa que el mensaje liberador de Jesucristo llegue a todos los hombres, no sólo a los de lejos sino -prioritariamente- a aquellos que tenemos cerca de nosotros y que o no lo conocen o se muestran indiferentes.

Nosotros, cristianos adultos, seguidores y discípulos de Jesús, que queremos seguir de cerca al Maestro en su estilo de vida y en sus enseñanzas, nos vemos impulsados a comprometernos como misioneros, es decir, a mostrar a los hombres y mujeres de nuestro mundo -especialmente a los de nuestro entorno- que Jesucristo es el Único que puede dar sentido y respuesta a todos los interrogantes más importantes de nuestra vida; que Dios no quita nada de lo que hace feliz al ser humano sino que, al contrario, posibilita la verdadera felicidad del hombre.

Por eso, habremos de ser discípulos y misioneros de Jesús y su Evangelio, especialmente, para que los niños puedan descubrir que merece la pena entregarle el corazón a Dios; y que ser misionero es algo que nos compete y nos compromete a todos, desde bien pequeños, como exigencia de nuestra identidad de cristianos. La fe, lo sabemos, no es ?algo? que debamos ocultar, que podamos guardar para vivirla nosotros solos, sino que posee tal dinamismo que debemos contagiarla a los demás para que conozcan al Señor y su Evangelio, se conviertan y se salven.

Queridos niños: Jesús cuenta con vosotros como sus discípulos, es decir, como personas que se han encontrado con Él y tratan de seguirlo muy de cerca; pero cuenta también con vosotros como misioneros, es decir, como creyentes que no sólo viven su fe sino que tratan de comunicársela a los demás, hablando de Jesús, rezando juntos y ayudándoles a descubrir lo importante que Dios es para vosotros. Vivid, queridos amigos, esta Jornada sintiéndoos misioneros entre los demás niños y en vuestras familias. Recemos todos juntos al Señor para que el Evangelio llegue a todos los hombres y mujeres, de todos los lugares y de todos los tiempos; que Él os ayude a ser auténticos mensajeros de Dios en todo momento.

A este compromiso misionero estamos convocados todos los diocesanos con el proyecto diocesano evangelizador y misionero que vamos a llevar a cabo en los próximos tres Cursos pastorales para ayudar a ?despertar la fe? de aquellos que ?la tienen dormida?; para dar a conocer a Jesús a quienes no lo conocen verdaderamente; y para renovarla y hacerla mucho más fuerte en los que ya somos creyentes.

Comprometámonos todos en esta tarea misionera; ayudemos a los niños a ser ?pequeños misioneros? entre los suyos y sus amigos; y -juntos- seamos fermento y luz en medio de una sociedad llena de soledades y vacía de Dios.

Que Dios os bendiga a todos,

+Mons. Gerardo Melgar Viciosa

Obispo de Osma-Soria