Carta del obispo de Tarrasa: «Mirar más allá»

Salvador Cristau Coll anima a todos los fieles a no vivir encerrados en sí mismos a la hora de afrontar los problemas que van surgiendo en la vida

Salvador Cristau Coll

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Hay personas que se consideran muy desgraciadas. Y es verdad que hay situaciones desgraciadas en la vida, algunas muy graves. Pero yo quisiera referirme ahora a aquellas personas que cuando pasan alguna dificultad o una contradicción no saben afrontarlas, personas que cuando las cosas no salen como habían pensado, a menudo, rompen sus compromisos, se echan atrás, o bien se lamentan y se consideran los más desgraciados del universo, aunque dificultades, de contradicciones, o cosas que no salen como uno había pensado, son más comunes de lo que parece.

Son personas, que podemos ser también nosotros, personas que viven centradas en su problema, encerradas en sí mismas. Y cada vez que hay un problema en el camino de su vida consideran que ese problema es el mayor del mundo y por eso se sienten los más desgraciados de todos, rompen a veces sus compromisos y responsabilidades y se quedan encerrados en sí mismos.

Humanamente hablando a estas personas, yo les invitaría a mirar más allá de sí mismos, más allá de su realidad y de su problema. Situaciones de éstas las pasa todo el mundo y todos se encuentran con momentos de dificultades y crisis. Y esto no ha ser impedimento para asumir responsabilidades en la vida, afrontarlas para su propio bien y el de los demás. Pero más aún, les diría que miraran más allá de sí mismos para abrirse a los demás y ver cuántos sufrimientos hay en el mundo y mucho mayores que los suyos. Vivir centrados en nosotros mismos, en nuestros problemas, nos va encerrando progresivamente en un pozo sin fondo, nos va agotando, y hundiendo cada vez más.

Jesús mismo nos lo dice también en el evangelio. Repite de diversas maneras que no debemos tener miedo, que debemos confiar en Él, debemos tener más fe: “Por esto os digo: No os preocupéis por vuestra vida, pensando qué comeréis o qué beberéis, ni por vuestro cuerpo, pensando cómo os vestiréis. ¿No vale más la vida que la comida, y el cuerpo más que el vestido? Mirad los pájaros del cielo: no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y vuestro Padre celestial los alimenta, ¿No valéis más vosotros que ellos?... Vosotros buscad primero el Reino de Dios y hacer lo que él quiere, y todo esto se os dará de más. No os preocupéis, pues, por el mañana, que el mañana ya se ocupará de sí mismo. Cada día le basta con sus quebraderos de cabeza” (Mt. 6, 25-34).

Hay una poesía que puede ayudarnos también, un fragmento bastante conocido de la obra “La vida es sueño”, de Calderón de Barca, que dice así:

“Cuentan de un sabio que un día

tan pobre y mísero estaba,

que sólo se sustentaba

de unas hierbas que cogía.

¿Habrá otro, entre sí decía,

más triste y pobre que yo?;

y cuando el rostro giró

encontró la respuesta, viendo

que otro sabio iba cogiendo

las hierbas que él arrojó”.

Aunque sin duda más clara es la afirmación de Jesús en el evangelio: “Vosotros buscad primero el Reino de Dios y haced lo que él quiere, y todo esto se os dará de más a más” (Mt 6,33).

+ Salvador Cristau Coll

Obispo de Tarrasa


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