Carta del obispo de Tarrasa: «No hay enfermedades, sino enfermos»

Salvador Cristau Coll reflexiona en su carta de esta semana acerca de la Jornada Mundial del Enfermo, que celebramos el próximo 11 de febrero

Salvador Cristau Coll

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Esta es una frase conocida por muchos de nosotros; con ella queremos expresar que siempre lo más importante es la persona humana. No significa que no existan las enfermedades, ya lo entendemos. Queremos decir que lo más importante es la persona que padece la enfermedad. El próximo sábado, día 11 de febrero, fiesta de la Virgen de Lourdes, celebraremos la Jornada Mundial del Enfermo y por este motivo hoy centramos nuestra atención en los hermanos enfermos.

En el camino sinodal, caminando juntos en la Iglesia en estos momentos, el lema escogido por el Papa Francisco para el mensaje de la Jornada Mundial del Enfermo es: “Cuida de él. La compasión como ejercicio sinodal de sanación”.

Con esto nos recuerda que la enfermedad forma parte de nuestra experiencia humana. Pero que, si se vive en el aislamiento y el abandono, si no va acompañada del cuidado y la compasión, puede llegar a ser inhumana.

Porque la enfermedad forma parte ciertamente de la fragilidad humana pero además del cuidado material que ofrecen la atención sanitaria y la medicina actual, además, la compasión es también sanadora.

El Papa recuerda en este mensaje lo que afirmaba en su carta encíclica “Fratelli tutti” con el ejemplo de la parábola del Buen Samaritano. En esa parábola Jesús presenta el hecho de una persona golpeada, desposeída y abandonada al borde del camino y cómo, después del paso de dos personajes importantes, un sacerdote y un levita que pasan de largo, es un extranjero, un samaritano, quien se compadeció y quiso curarle las heridas con aceite y vino, “se le llevó al hostal y se ocupó de él. Al día siguiente sacó dos denarios y se les dio al hostelero diciéndole: Ocúpate de él, y cuando yo vuelva a pasar, te pagaré los gastos que hagas de más” (Lc 10, 25-37).

«Cuídalo» (Lc. 10,35) es la recomendación del samaritano al hostelero. Jesús nos lo repite también a cada uno de nosotros, y al final nos exhorta y dice: «Ve, y haz tú lo mismo». Y añade el Papa: citando de nuevo a “Fratelli tutti”: “la parábola nos muestra con qué

iniciativas se puede rehacer una comunidad a partir de hombres y mujeres que hacen propia la fragilidad de los demás, que no dejan que se erija una sociedad de exclusión, sino que se hacen prójimos y levantan y rehabilitan al caído, para que el bien sea común» (n. 67). En realidad, “hemos sido hechos para la plenitud que sólo llega por el amor. No es una opción posible vivir indiferentes frente al dolor» (n. 68).

En la proximidad de la fiesta de la Virgen de Lourdes que celebraremos el próximo sábado día 11, Jornada Mundial del Enfermo, fijamos nuestra mirada en María, atenta siempre a todo lo que pasaba a su alrededor ya lo que sigue pasando ahora también en nuestra situación de fragilidad. ¡Que ella cuide también de nosotros y nos ayude a cuidar a los demás!

+ Salvador Cristau Coll

Obispo de Tarrasa


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