Carta del obispo de Tarrasa: «Encuentro diocesano de las familias»

Al finalizar el año dedicado a la familia, Salvador Cristau Coll recuerda que en la diócesis una de las acciones importantes ha sido acompañar a familias heridas y en crisis

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Este domingo se clausura en Roma el X Encuentro mundial de las familias. En nuestra diócesis nos unimos también con la convocatoria del Encuentro diocesano de las familias en el Santuario de Nuestra Señora de la Salud.

Como una gran familia que somos los diocesanos, esta tarde María, Nuestra Señora y Madre de la Iglesia, nos reúne para dar gracias a Dios por el gran don de la familia.

El Papa Francisco convocó el año pasado el año "Familia Amoris Laetitiae" con motivo del quinto aniversario de la publicación de la exhortación apostólica sobre la familia que marca y orienta la pastoral familiar para la Iglesia en el futuro. Dicho año va desde marzo de 2021 a junio de 2022.

Durante este tiempo, en la Iglesia se ha reflexionado a través de grupos de matrimonios en las parroquias y movimientos sobre la importancia de la familia para la propia Iglesia y para la humanidad en general. La familia es fuente de alegría y tiene una gran fuerza transformadora del amor humano a través del sacramento del matrimonio. Las familias, además, están llamadas en el momento presente a tener una dimensión evangelizadora y misionera en nuestra sociedad mostrando el verdadero gozo y la alegría de formar parte de una comunidad viva de amor y de servicio.

En la reflexión que se ha hecho a nivel general se ha constatado que es necesario ampliar la mirada y la acción pastoral familiar, de modo que sea una pastoral que se convierta en transversal, es decir, que incluya a los esposos, los niños y los jóvenes y las personas mayores, y que ofrezca itinerarios formativos para todas las edades. En nuestro encuentro diocesano de esta tarde esto se hará visible en las diversas propuestas y dinámicas que se han preparado para todas las edades, desde los más pequeños hasta los mayores.

Un elemento importante también ha sido la reflexión y el acompañamiento de las familias que sufren heridas y crisis, ya sea por las implicaciones de la situación económica, así como por las dificultades en el matrimonio. En este sentido desde la diócesis se ofrece acompañamiento a las familias a través del COF (Centro de Orientación Familiar) y a través de loables iniciativas como el Proyecto Raquel, de acompañamiento a madres que han abortado, o de Casa Guadalupe, de acompañamiento a madres y familias en precariedad que desean tener sus hijos. El acompañamiento de las familias, cualquiera que sea la situación en que se encuentren, es uno de los elementos a potenciar en la vida de nuestra diócesis.

Este año dedicado a la familia nos ayuda a tomar más conciencia todavía de la necesidad de acompañar a las familias, de potenciar la pastoral familiar en la diócesis y de implicar especialmente a las familias en las estructuras parroquiales y diocesanas para que la familia ocupe el lugar que le corresponde en la vida de la Iglesia. La familia es una iglesia doméstica, y la Iglesia, cada parroquia, movimiento o institución y la propia diócesis, debe vivir como una gran familia, la familia de los hijos de Dios.

Os invito pues a encontrarnos esta tarde como gran familia diocesana a los pies de nuestra Madre, y aprovecho la ocasión para agradecer todo el trabajo que se hace desde la diócesis para acompañar, ayudar y potenciar la vida familiar.


+ Salvador Cristau Coll

Obispo de Tarrasa


Religión