Carta del obispo de Astorga: «Tres beatos más»

Jesús Fernández recuerda en su escrito semanal a tres de los mártires dominicos, nacidos en su diócesis, beatificados el pasado sábado en Sevilla

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Sucedió en el rodaje de la película titulada “Bajo un manto de estrellas” (2014), dirigida por Óscar Parra de Carrizosa. Permítanme que les cuente una anécdota muy significativa. Uno de los actores que representaba a los verdugos de los 27 mártires dominicos martirizados en el contexto de la persecución religiosa española de los años treinta, y beatificados el pasado día 18 de junio en Sevilla, al interiorizar la tremenda injusticia que se estaba escenificando, se echó a llorar desconsoladamente.

Por desgracia, los autores reales de esta tremenda injusticia, carecían de una mínima sensibilidad; habían sido debidamente adiestrados por una ideología que quería acabar con el cristianismo y su cultura matando religiosos y arrasando templos, con el fin de levantar sobre sus cenizas una nueva civilización, una ideología que fabricaba falsas pruebas para hacer creer a la gente que en los conventos y en las iglesias se guardaban armas, se cometían abusos, se maquinaba contra el orden político establecido. Como consecuencia de esta ingeniería social, mucha gente llegó a incluir a los mártires entre las víctimas de una guerra de la que de ninguna manera tomaron parte y, hasta hoy, se sigue intentado diluir la responsabilidad de estos crímenes.

El alcalde de Almagro, ciudad donde residían, los invitó a marchar en repetidas ocasiones, hasta que el día 24 de julio salieron del convento y fueron confinados en una casa deshabitada. El día 26, el regidor comenzó a entregarles los salvoconductos, pero de nada les sirvió. Los que tomaron rumbo a Madrid fueron interceptados en la estación de Miguelturra y abatidos en las mismas vías del tren. Otros fueron apresados en la estación de Manzanares (Ciudad Real), encarcelados y fusilados pocos días después. Los que habían permanecido en grupo, recibieron el asalto del comité del Ateneo Libertario que acabó también con sus vidas.

El Papa Francisco aprobó la beatificación de estos 20 dominicos, junto a otros cinco frailes del convento de Almería, un laico dominico de la misma ciudad, reputado periodista, y una monja dominica de Huéscar, en diciembre de 2019. La pandemia retrasó la ceremonia que, finalmente, ha tenido lugar el sábado 18 de junio pasado en Sevilla. Fue presidida por el Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto de la Congregación para la causa de los santos, al que acompañaba el arzobispo de Sevilla, Mons. José Ángel Saiz Meneses. Nuestra diócesis estuvo también representada, teniendo en cuenta que, de los 27 beatificados, tres habían nacido en ella, concretamente en los pueblos de Nogarejas, en la provincia de León (2) y de Villanázar, provincia de Zamora (1).

En Nogarejas nacieron el Beato Pedro López Delgado y Francisco Santos Cadierno. El primero, ingresó en el convento de Almagro el año 1925, cuando tenía 16 años. Allí realizó parte de unos estudios que prolongó en el Angelicum de Roma, obteniendo el título de Doctor en Teología. Allí mismo fue ordenado presbítero el 16 de julio de 1933. En el año 1913, en el mismo pueblo, nació Francisco Santos Cadierno. Después de ingresar en Almagro, profesó en el año 1930. Era cariñoso, comunicativo, trabajador, simpático y deportista. Gran devoto del Santísimo y de la Virgen Maria. Lo mataron con sólo 23 años. El tercero de los mártires se llamaba Justo Vicente Martínez, nacido también el año 1913, en este caso, en el pueblo zamorano de Villanázar. En el 1928 ingresó en Almagro. Profesó el año 1932. Murió asesinado con 30 años en Miguelturra (Ciudad Real).

Demos gracias a Dios por su vida y por su testimonio de fe, entrega y perdón.


+ Jesús Fernández González

Obispo de Astorga


Religión