Jonathan Milan exhibe su fuerza en Laval y rompe la sequía italiana

Desde el 27 de julio de 2019, cuando Vincenzo Nibali ganó en Val Thorens la penúltima etapa de aquel Tour de Francia, no ganaba una etapa en la ronda gala un ciclista italiano. Casi seis años después Jonathan Milan rompió la increíble sequía. Lo hizo con un sprint pleno de fuerza y potencia en el que exhibió unas piernas impresionantes y consiguió batir a Van Aert y Groves.

Con un perfil llano casi por completo, este octavo día de la 'Grande Boucle' tuvo mucha calma en sus primeros 90 km, hasta que del pelotón saltaron los franceses Mathieu Burgaudeau y Mattéo Vercher, ambos del equipo TotalEnergies. Sin embargo, ninguno de ellos inquietaba a los 'gallitos' y su ventaja apenas superó el minuto en algunos momentos.

Entonces se puso el Intermarché-Wanty a tirar del pelotón e intentar cazar a los fugados, si bien a 28 km de la meta el viento entró de cara y se decidió frenar algo el ritmo. De hecho, poco más tarde hubo una caída del alemán Jonas Rutsch, del propio Intermarché-Wanty, a raíz de un 'afilador' que afectó al colombiano Einer Rubio (Movistar Team).

A 12,5 km de la conclusión, igualmente se fueron al suelo y también sin secuelas físicas el belga Tim Merlier (Soudal Quick-Step) y luego el letón Krists Neilands (Israel-Premier Tech) en una rotonda con trampa, pues a rebufo del báltico estaba el esloveno Tadej Pogacar (UAE Team Emirates-XRG) vistiendo su maillot amarillo como líder de la general.

Pasado ese susto, y cuando quedaban algo menos de 10 km para acabar la etapa, el pelotón neutralizó a los dos escapados y empezó a cuajarse el esprint definitivo, donde Milan cruzó la meta por delante de Van Aert y del australiano Kaden Groves (Alpecin-Deceuninck), hasta abrochar en 3h50'26'' el reloj de una jornada insulsa y enteramente soleada.