La labor de agente de Policía Nacional es muy complicada. Horarios difíciles, un riesgo constante en cada operación y muchas decisiones que incluso pueden debatirse entre la vida y la muerte de una persona. En la semana en la que se ha celebrado el bicentenario del cuerpo, el inspector Ricardo Gutiérrez revelaba en Poniendo las Calles esta sorprendente reacción.

De su forma de ser y aún más, de actuar, dependerá la seguridad de los demás. Se trata de un oficio que se encarga de la seguridad ciudadana y hay mucho en juego. Para ser policía hay que empatizar mucho, ponerse en la piel del delincuente y predecir sus movimientos. Pero nos encontramos en una sociedad moderna, avanzada, con nuevas formas delictivas.

En una policía moderna, encontramos perfiles específicos dependiendo de la unidad operativa a la que pertenezca el policía, pues no todos deben reunir el mismo perfil, la especialización hace que las formas de investigar o actuar sean distintas. Ser policía o cualquier miembro de un cuerpo de seguridad, requiere de mucha preparación, formación y conocimiento.

Maduros y conscientes de lo que significa una gran profesión que tiene que ver con valores y compromiso con la sociedad. Un policía está en contacto permanente con los ciudadanos. Es por ello que se requiere tener la mente abierta. No hacer distinciones entre sexo, edades, tipos o procedencias. Así llega esta experiencia de Ricardo Gutiérrez.

Detener a su hijo

En muchas ocasiones se encuentran con situaciones difíciles de manejar o con personas que se encuentran en un estado de estrés o desesperación. Es por ello que un policía debe ser empático y tratar a estos ciudadanos con la sensibilidad que se requiere. Tratar de calmarla y entender la compleja situación que está pasando.

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La humilde experiencia de un inspector de la Policía Nacional que demuestra su valor: "Hacerlo por tu gente" https://t.co/3QlZzID8ex

— COPE (@COPE) January 17, 2024

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Es bien sabido por todo el mundo que para ser un buen policía debes tener una personalidad que transmita valor y valentía, ya que es muy importante a la hora de enfrentarse a todo tipo de delitos. También es muy importante tener una gran capacidad de comunicación y empatía.

La personalidad de un Policía debe estar marcada por la responsabilidad, la integridad, la disciplina, el buen trato con los ciudadanos, la dedicación, el autocontrol, el espíritu de equipo y una gran capacidad de adaptación. Es fundamental tener respeto por los derechos humanos, ética y lealtad.

Por muchas leyes que se promulguen, siempre habrá delincuentes dispuestos a romper las reglas de la convivencia. Pero allí donde aparecen los malhechores contamos con esos agentes que quizás nos pasan desapercibidos, como los molinos en el paisaje, aunque en momentos clave tanto apreciamos.

"Podía odiarnos"

Todos tenemos una imagen hecha de esos policías, a menudo más ajustada a la que nos ha proyectado la ficción de la que corresponde a las personas reales que se ocultan bajo sus uniformes. Un ejemplo de que, además de agentes, son personas está en esta sorprendente reacción de una madre al detener a su hijo que revela el inspector en Poniendo las Calles.

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Rocío Cano, una de las 18 mujeres entre más de 300 TEDAX de la Policía Nacional, recuerda la primera vez que desactivó un explosivo

?? “El primer error es el último” https://t.co/TyT0KMzp7I

— COPE (@COPE) January 17, 2024

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La Policía despierta una gran curiosidad; a todos nos gusta saber, conocer, investigar y descubrir. Es un ejemplo que despeja las dudas para aquellos que ya en estas letras pueden apreciar si les merece la pena ingresar en una profesión que solo desde una profunda vocación puede hacer feliz a una persona.