Vamos a un tema que nos lleva a mirar hacia arriba. Hacia el universo. Estrellas, soles, planetas…. Encima de nuestras cabezas hay todo un mundo desconocido que está en continuo movimiento todo el rato. Pues bien, atento a lo que nos cuentan desde la NASA. En diciembre hubo una explosión de un meteorito... ¿Notaste algo? Por esas fechas la única explosión que notamos es la de algunos botones de nuestras camisas después de esas cenas navideñas que nos damos. Pero esa explosión tuvo algo muy diferente.

Y tan diferente como que esta explosión tuvo diez veces más fuerza que la explosión de la bomba atómica lanzada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. Da bastante miedo sólo de pensarlo. Este tipo de explosiones son algo normal, aunque a mucha menor escala. Y la gran mayoría se desintegran cuando entran en contacto con la atmósfera. Igual que esos trozos que caen de los cohetes y que vemos en la tele.

Por suerte este meteorito nunca tocó tierra. Explotó al doble de distancia donde vuelan los aviones. Nos ha pillado lejos y también en una zona sin civilización. en el mar de Bering, entre Rusia y Estados Unidos. Una zona conflictiva, que como dice Héctor Socas, investigador del Instituto Astrofísico de Canarias, tenemos suerte de saber que ha sido un fenómeno natural y eso hace que no se disparen los sistemas de alerta de los países: "Imagina esta situación en plena guerra fría: habría supuesto un conflicto entre las dos partes al no conocer la procedencia de esa explosión".

Pero la pregunta que nos hacemos todos es: ¿Cuántas posibilidades hay de que caiga encima? Pues muy pocas. La caída de meteoritos es unos fenómenos más o menos recurrentes que suele caer en zonas sin población de la tierra. Un dato: sólo el 3% de nuestro planeta está habitado. Pero el riesgo es real: "Es una loteria macabra que, por ejemplo, si cae en Canarias supondría la muerte de un millón de personas": 

La forma de controlarlo es estudiar, investigar y volver a estudiar. Los investigadores tratan de diseñar un mapa y solo se puede conseguir con mejores telescopios, con mejores tecnologías y una tecnología que está empezando y que permitirá poder desviarlos de la orbita. En cualquier caso, lo más importante es que para esto se necesita inversión. Con el dinero de una película de Holliwood o el del último fichaje mediático bastaría. Estamos hablando en definitiva que esto que ha sucedido en Rusia. Es un aviso. Pero insistimos, los científicos están estudiando y hay avances positivos.  En cualquier caso, hay que tener claro que aunque es un peligro, que es real y que está ahí. No hay que encender las alarmas. Las posibilidades son muy pequeñas.