La formación de un sacerdote a lo largo de sus años de seminario es prácticamente como una carrera universitaria, en la que estudian, entre otras cosas teología, filosofía, ética... Sin embargo, hay lugares con menos recursos donde los futuros curas no pueden finalizar correctamente su formación y necesitan irse a otros países para ello. Es el caso de Kenneth Orom, de Uganda, o de Óscar Torres, de Colombia. Ambos viajaron a España para completar sus estudios en el seminario de Bidasoa, en Navarra, cosa que no hubiera sido posible sin la ayuda del Centro Académico Romano Fundación (CARF).

Esta organización, que puso en marcha el beato Álvaro del Portillo por impulso de San Juan Pablo II, tiene dos fines que su director general Luis Alberto Rosales ha explicado a Pilar García Muñiz en Mediodía COPE: "Promover vocaciones sacerdotales y religiosas en todo el planeta y conseguir recursos para que estudiaran en Europa, fundamentalmente en dos Universidades: la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma y la Universidad de Navarra". De hecho, esta Fundación trabaja en 131 países, la mayoría de América Latina, África y Asia: “Cuando explicas que trabajamos en todos estos sitios, dicen: «esto es una multinacional». Es un motivo de orgullo y de alegría".

La labor de promoción del CARF es muy significativa en la actualidad, ya que están disminuyendo las vocaciones, especialmente en muchos países de Europa, como España: "Iniciativas como esta, de cualquier otro carisma, son muy importantes", ha afirmado Luis Alberto Rosales, que mantiene la fe en que, en este sentido, se recuperarán números del pasado: "En los tiempos de los primeros cristianos fue más difícil: hubo persecuciones, partían de cero... Y el bagaje después de 2000 años es enorme. Con la ayuda de Dios y peleando, lo levantaremos seguro”.