Pilar García Muñiz: "En las salas de guerra de los partidos se estudia hoy el paisaje después de la batalla"

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Los hay que todavía no han podido cambiar la cara de sorpresa tras los resultados electorales de anoche.

En las salas de guerra de los principales partidos se estudia hoy el paisaje después de la batalla. Y es curioso cómo el ganador no tiene garantizado el premio de conseguir la presidencia y es el perdedor el que aparece con más opciones. Otra cosa es que sean viables.

Resulta difícil de compaginar que la gobernabilidad de un país dependa del apoyo de un fugado de la Justicia de ese país pero por complicado que sea de entender. Es la posibilidad que está barajando el PSOE: rener el apoyo del partido de Carles Puigdemont (Junts) para alcanzar una mayoría absoluta con la reedición de Frankestein. ¿Alguien piensa que el apoyo de Puigdemont podría salir gratis?

Nadie lo piensa, pero han ocurrido tantas cosas que nadie pensaba, que ahora ya nada se puede descartar. Un pacto con Puigdemont tampoco. El propio Sánchez habla ahora de encontrar una “formula de gobernabilidad”. A ver qué quiere decir eso.

Lo cierto es que Cataluña ha sido una de las grandes bazas que ha jugado el PSOE y le ha salido bien. Una tabla de flotación que le ha servido a Pedro Sánchez para seguir en la partida. En esa región, los buenos resultados del PSC, la caída del independentismo por el aumento de la abstención en Cataluña y la falta de fuelle del PP han sido un pilar para Pedro Sánchez.

Pero no es el único factor que nos ha abocado a esta situación política que roza el empate técnico. Durante todo la campaña los dos grandes partidos han utilizado dos comodines. El PP ha apelado a la debilidad de un gobierno sometido a los intereses de Bildu o de Esquerra. Y el PSOE ha seguido agitando el espantajo de VOX como lleva haciendo ya años. Esto no es nuevo, pero si que ha funcionado de manera diferente que en otras ocasiones.

A tenor de los resultados, parece que una parte importante del electorado de centro Izquierda tiene más miedo a la presencia de VOX en un gobierno que al Frankestein que puede salir de los pactos de Pedro Sánchez.

Así podría explicarse que el PSOE haya retenido voto indeciso y que la estrategia del PP para captar votos por el centro no haya funcionado del todo. El PSOE ha sabido sacar rédito del adelanto electoral mientras se negociaban los pactos autonómicos entre PP y VOX y los populares no han sabido aclarar qué estrategia tienen o quieren con VOX. Ahí es donde puede haber encontrado el PSOE un punto de debilidad.

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