Es tiempo de verano, tiempo de vacaciones, pero hay quien las emplea no para tumbarse en la playa sino para ayudar a los demás. Es el caso de Beatriz Fernández Mar, una estudiante asturiana de derecho que pasará sus vacaciones realizando un voluntariado en la República Dominicana.

Beatriz, que ya ha participado en programas sociales como campañas de recogida de ropa o de alimentos, va a la aventura como quien dice “No llevo nada pensado ni nada premeditado” aseguró la joven ante los micrófonos de 'La tarde de Cope'.

“Hay veranos para todo, veranos para irte con tus amigas a la playa, veranos para estar con tus padres y yo sentía la necesidad de colaborar de una manera más directa, de estar allí y poder ver la otra parte”. Beatriz siempre se había preguntado si podría ayudar a los demás de una forma directa y le daba curiosidad vivir la experiencia de un voluntariado, y cuando se le presentó la oportunidad de poder hacer uno en República Dominicana ni se lo pensó dos veces.

Beatriz cree que su compromiso social y la posibilidad de echar una mano en lo que pueda es lo que va a llenarla. Su necesidad de ayudar le llevará este verano a la República Dominicana, allí Beatriz tratará de dignificar a comunidades olvidadas o que carecen de valores básicos y realizará labores de acompañamiento de familias.

Beatriz se va, pero otros jóvenes como Estela Menéndez Rivero regresan. Esta estudiante de medicina vuelve a España después de 10 meses de voluntariado en Uganda. Allí Estela ha formado parte de un proyecto que “ya es parte de su vida”.

Su voluntariado estaba centrado en la atención médica, y aunque ya conocía las patologías infecciosas propias del clima tropical africano nunca se imagino las cosas que iba a aprender ahí, especialmente a la hora de ayudar en los partos. “Les enseñas cosas que desconocen sobre las patologías infecciosas pero ellos también te enseñan a ti. Es una cosa recíproca muy bonita”.

Además, Estela ha tenido la oportunidad de animar a Beatriz a ir con energía pero le advierte que la cooperación no es todo un color de rosas. “tienes que ponerte en la posición del otro y entender su cultura” concluía Estela.